domingo, octubre 31, 2010

HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ Y A LOS LEONESES

Aprovechamos el acontecimiento al que hace referencia el escrito anterior para recordar o, quizá para algunos, traerles, por vez primera, al conocimiento un poema que ya estuvo "colgado" antaño en nuestro blog y que trata, seguramente con el permiso y la benevolencia del maestro (así como de la de los lectores), de completar lo que en su "Vientos del Pueblo" dice de "los leoneses".

Se trata de una glosa que, utilizando su misma cadencia y rima, llevó a cabo, hace ya cinco años uno de los colaboradores de esta página que intenta respirar ibertad. Quizá tambien, como nosotros, Miguel Hernández también tendría un lema semejante al de nuestro Húsar: "Yo no capitulo".

Para la buena comprensión, se hace saber que las palabras de Miguel Hernandez están en negrilla y subrayadas.

Glosa de VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Miguel Hernández

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
imponentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.


No somos pueblo de bueyes,
que somos pueblo de raza,
probado en crisol de historia
y que a Roma plantó cara.
Cántabros y astures fueron
los que nos dieron el alma,
legionarios la pulieron
al filo de sus espadas.

¿Quién podrá uncir con un yugo
a gentes de nuestra casta?
¿Puede ahogarse la memoria
de Bernardo, quien lograra
vencer a un emperador
y a doce pares de Francia?
¿De Guzmán, Vellido Dolfos,
los Ordoños, las Urracas,
y hasta de un emperador
que esta tierra coronara?

Leoneses de bravura,
héroes de tierra callada,
que comunicáis las penas
al silencio de las albas.
No permitáis que conviertan
el silencio en retirada;
algún día fuisteis dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza.


Así lo cantó el poeta,
cascada audaz de palabras
que golpean las conciencias
y se clavan como dagas;

Poco han cambiado los tiempos,
mas aumenta la amenaza:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habréis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes,
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:

los leones, como reyes,
solo pecan de arrogancia,
y no bajan la cerviz
ni se entregan ni se apartan;
ellos imponen la ley
y nunca pierden la cara.

Seguiré luchando empero,
con la cabeza bien alta,
y removiendo evidencias
al viento de mis palabras.

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