domingo, octubre 27, 2013

Las más altas cotas de miseria

Una vez más se nos han adelantado “los catalanes”. Listos que son y organizados, no como otros. Llevamos años reclamándolo, de los más sensibilizados en esta cruzada a favor del reconocimiento y la puesta en valor de la identidad leonesa y los ataques furibundos contra la misma; pero muy poco hemos conseguido. ¡Con lo fácil que sería elaborar una lista de agravios que sirvieran de línea argumental a la hora de hacer saber al resto del país nuestra justa demanda! Así nos va y así nos seguirá yendo.

Asentados en la miseria pedigüeña (“pobres hasta para pedir”), aceptaremos gato por liebre, pavo por AVE (recuerden el chiste del Chiquito ese), trenecito por tranvía, mini soterramiento por proyecto original, desintegración por integración de FEVE, etc., etc., y hasta apeadero cutre por estación.

La obediencia servil en la que se ha instalado, por ejemplo, el alcalde de León, su falta de empuje, dinamismo y reivindicación le han llevado a colocarse delante de esa tropa que, con tijeras de podar en la mano, vienen segando muchas (casi todas) de las esperanzas leonesas que aún nos quedaban para salir del estado de postración en el que nos pudrimos. ¿Que ustedes no traen el AVE ni en el 2020? No se preocupen que aquí estoy yo para seguir adormeciendo al rebaño. ¿Que los asturianos pierden tiempo por mor de esta estación en fondo de saco? Los leoneses somos tan solidarios que vamos a perderlo nosotros, nos vamos a sacrificar y saldremos a coger el tren, si hace falta hasta Onzonilla. ¿Qué es eso para nosotros, si tenemos de todo, somos ricos, nos tratan divinamente y además nos sobran medios de comunicación para desplazarnos? ¡No hay más que echar una mirada al aeropuerto: vuelos a tutiplén! Y de los autobuses ni hablo: a todas horas tenemos opciones para viajar a los lugares más insólitos... ¡Otra vez la solidaridad del pobre para con el rico! Y van...

Cuando alguien se presenta a unas elecciones para representar a unos posibles votantes, lo menos que se le debería exigir es que, olvidándose de sí mismo, de sus problemas personales, de sus apetencias políticas y hasta de su militancia, se dejara el hígado en reclamar para ellos lo que en justicia les pertenece y no hacer precisamente de D. Tancredo o lo que es peor y que hasta rima con lo anterior, de mamporrero político. Si se necesita recortar unos milloncetes por aquí y otros por allí, que no se preocupe la ministra del fomento ese (que ni se sabe qué fomenta…); aquí tiene a su seguro servidor que hasta colocará su capa (¡caballero que es el gachó!) para que la morena (o la rubia) pise con garbo y no se manche ni el taconcillo del zapato que calza su lindo pie. ¡Hace falta ser pacato, simplón, encogido y corto de miras. El único consuelo que nos queda es que, como a los alcaldes que últimamente se fueron, llegado el momento, no le saludarán ni los vecinos de su inmueble. Algunos, avergonzados e imitando a Boabdil el Chico, han ido a llorar sus miserias lejos de la patria chica que, como perro flaco, la terminarán devorando hasta las pulgas. ¡Triste sino!

Y, si ello no fuera ya una desgracia, el coro de los caciques y quienes les sirven desde los medios de comunicación (aquí también estamos que lo tiramos), parecen, como los cuervos, graznar satisfechos las desgracias de esta tierra. Unas simples notas de los dos últimos días:

  • Muere la polémica “Llionpedia” (¡cómo descansarán algunos…! Quiera Dios que revienten de satisfacción)
  • Carbones San Isidro anuncia el cese de su actividad debido a los impagos (¿pero nos queda algo que cerrar aún?)
  • Everest presentará este miércoles el ERE que afecta al 25 % de su plantilla (suma y sigue)
  • Junta y Catedral no renuevan el proyecto “Sueño de la luz” lo que pone en jaque las nuevas restauraciones y tres empleos. (claro que, mientras tanto, “las Edades del Hombre llevan veinticinco años construyendo identidad”... con nuestros impuestos)

¿Mereceremos que alguien nos explique algún día qué tiene que ver el culo (léase la junta juntera) con las témporas (en este caso una exposición de arte religioso, para nada exclusivo de castillion)? ¡Anda que cualquier día sale un iluminado y argumenta que Jesucristo era castellanoleonés de pura cepa! ¡Cuánto bobo cría el pan! Sin embargo, puede que ya ni siquiera sea el pan sino un contrato suculento, una empresa paralela, una subvención bien otorgada o una concesión a tiempo, que de todo hay en esta tierra nuestra abandonada hasta por los suyos salvo en dos ocasiones a lo largo del año: en la Semana Santa y el día de Todos los Santos. Ya lo decía Julio Llamazares: nuestros pueblos están vacíos, pero los cementerios están llenos.

Mientras tanto, nuestra nunca bien ponderada presidentina de la Diputación (que para todos hay...) sigue también de sarao en sarao; no hace mucho hasta la vimos en Sevilla promocionando eso de la “tierra de sabor” castellana (¡tendrán livianos!) que intenta, por todos los medio, legales y hasta ilegales, el ocultamiento y la desaparición del marchamo leonés de nuestros productos. Hoy, con grande pompa y mayor boato, “ha recibido la insignia y estola de la Cofradía Gastronómica de la Alubia de La Bañeza”. Pues que le aproveche y... atención a las flatulencias producidas por esas nobles legumbres (eso dicen) que, por momentos, pueden ser hasta peligrosas.

viernes, octubre 25, 2013

¡Tenemos candidato!

En los últimos días, con tal de seguir hablando del rollo cansino de castillaleón, venimos oyendo la publicidad un concurso televisivo titulado "elige al castellanoleonés de la historia". A algún iluminado se le ocurrió esta brillante idea, sobre la que, a no dudar, se habrá lanzado toda la juntería, aplaudiendo hasta con las posaderas (claro que no podría ser de otro modo ya que estamos ante la parte de su anatomía que más utilizan).

Mas, a poco que analicemos la frasecita, con una evidente contradicción entre sus términos (¿qué pinta eso de lo castellanoleonés mezclado con la historia?), llegaremos a la convicción de que encontrar un solo espécimen de este género se nos antoja más difícil que seguir las huellas de un unicornio entre Maraña y Burón. Por eso, y para intentar resolver esta duda existencial de gentes tan obsesionadas, les evitaremos dolores de cabeza y les propondremos un candidato que puede cumplir perfectamente con el perfil buscado.

Después de mucho cavilar e intentando cuando menos salvar a la persona, nunca a la historicidad de algo que tiene apenas treinta años, entonces, hemos llegado a la siguiente conclusión: el único que, en su absurda decisión del pasado (y sin enmendarla en el presente), en el pavoneo de su desdén hacia quienes debería representar, en la prepotencia de quien "desprecia cuanto ignora...", etc.; sería, sin duda, el Sr. Martín Villa, sí don Rodolfo, uno de los pocos que contrajeron, en su momento, la obligación de ser sensibles con los problemas de aquellos que se fueron confiados, que vemos los bosques de piedra salvarnos y ni lo hizo ni lo hará.

¡Votemos por Martín Villa, seguro que, cuando menos, conseguiremos reírnos...! Como ya lo hacen otros cada vez que tienen ocasión... sería fantástico que les colocáramos ese clavo.

miércoles, octubre 23, 2013

Cuidado, D. Deme ataca de nuevo

Los ánimos, últimamente, están para poco, agotado casi el crédito de la esperanza...; el tiempo, para menos aún. El uno y los otros nos llevan, de manera reiterada y cada vez con mayor reincidencia, a estos largos periodos de silencio en los que, bien lo intuimos, nuestros lectores irán abandonando este, no hace tanto, rincón de libertad donde varios colaboradores vertían sus reflexiones, sus denuncias, incluso sus deseos o compartían, sin más, una necesaria cura sicológica ante este estado de cosas que ni hemos merecido ni parece tener cercano un fin. ¡Qué negro y largo se nos hace el túnel!

No cabe sino solicitar sinceras disculpas y seguir implorando una necesaria unión de todos los que escribimos, con mejor o peor fortuna o acierto, sobre nuestra Tierra, sus problemas, sus necesidades, las injusticias que contra la misma se cometen, el expolio casi obsceno y la manipulación que no acaba.

Hoy, el inefable señor Madrid, sí, el mismo, el D. Demetrio ese, con nombre de borrico carnavalero que hasta arrancó un bien merecido tercer premio, nos ha dado pie para esta nueva reflexión. Este “buen hombre” que parece aburrirse, sentir el síndrome del poder perdido (“llora como mujerzuela...”) o simplemente no tener el menor reparo para seguir ofreciéndose como el tonto útil, una figura que, por lo que vemos, le viene al dedo, ha vuelto a rebuznar... digo a las andadas.

Según los medios, acaba de afirmar que “creará una sociedad de amigos de Villalar”. La obsesión de ser algo o de creerse alguien parece ser uno de los síndromes más acusados de aquellos a los que ha dejado, quizá tirados, la política y no saben vivir de otra cosa. No se resignan y serían capaces de hacer el número de la cabra hasta, si necesario fuera, haciendo el honroso papel de este noble caprino. ¡Pero qué poco tienen que hacer algunos o cuán poco se consideran para bordar el ridículo de este modo!

¡Mira que tiene bemoles la cosa... y hasta sostenidos y becuadros! Claro que este “pobrecito hablador” no parece tener muy claro lo que significó el movimiento comunero (¡qué cantidad de interpretaciones tan poco acertadas o, como mucho, traídas por los pelos!); pero ¿qué importa, cuando de lo que se trata es de seguir alimentando al monstruo, adulando al poder y ensalzando al “engendro”; incluso a riesgo de que se rían de uno. Sr. Madrid, ¿pero aún no se ha dado cuenta de que ustedes caminan por un lado y los leoneses van por otro muy diferente? ¿O es que, a pesar de lo que babean, les importa menos que una higa?

Alguna razón tiene, sin embargo, este “ilustrado personajillo” cuando afirma, por ejemplo, que los políticos “deben ser parte de la solución y no del problema”. ¡Cuánta sabiduría, señor mío! Si el día en el que Martín Villa tuvo la infeliz idea de crear “la Comunidad más grande de Europa”, hubiera tenido un torzón o cualquier otra dolencia que le hubiera obligado a permanecer amarrado al duro banco del Sr. Roca, ¡qué felices seríamos ahora y de qué cambios tan notables estaríamos disfrutando! Sumemos a este, la retahíla de los Morano, Carrasco, Silván, etc., y toda la patulea de un lado y de otro, que tanto me da, y llegaremos a la conclusión de que los leonesines de a pié debemos estar sumergidos en un innegable castigo bíblico. ¿Llegará algún día un Moisés que nos redima? Visto lo visto, ya comienzo a temerme lo peor...

Pero sigamos sumando afirmaciones que suscribimos; hay sobre todo una que martillea en el cerebro de los leoneses, incapaces de encontrar respuesta coherente y a la que añaden otras preguntas como ¿pero qué hemos hecho (o no) los habitantes de esta histórica tierra, para merecer este trato?, ¿por qué este desprecio, esta burla, esta manipulación sobre los hechos, las personas o las realizaciones de nuestros antepasados? D. Deme aseguró que “en cuanto al proceso de conformación de Castilla y León, (este) fue una cuestión de Estado”. ¡Pues qué bien, qué consuelo y qué honor ser sacrificados en esta pira funeraria, en este aquelarre político-brujeril, en esta hoguera de las vanidades castellufas, todo en mayor gloria y honor del centro más centrado del mundo mundial!

Así, a la luz de estas reflexiones surgidas a vuelapluma, ya no nos sorprende que, en la Plaza de España de Sevilla, por ejemplo, exista un cuadro representando a la provincia de León y que dice: “Alfonso VII de Castilla coronado emperador”, que se siga con la monserga de la Tierra de sabor que oculta y anula los productos leoneses o que hasta el Abad de la Colegiata de San Isidoro, el alma del Reino, repita una y otra vez lo de “castillaleón, en actitud servil ante la junta juntera de la junterìa... que Dios confunda y que, San Isidoro, patrono del Reino, castigue como se merecen, los unos y los otros... Amén.