Nuestros gerifaltes comunitarios, esos que nos quieren tanto que nos estrujan hasta ahogarnos, han rizado el rizo de los inventos mejor inventados; dignos sucesores de aquellos famosísimos “inventos del TBO” del profesor Frank de Copenhague, estrafalario y divertido inventor, obra de Ramón Sabaté, que aparecía en el TBO, un comic muy popular en la segunda mitad del siglo pasado que alegró muchos de nuestros ratos de ocio. Sus atrabiliarios cachivaches que la mayor parte de las veces no servían para nada pero que eran complicadísimos son, entonces, los antecedentes de muchos de los escurrimientos de estos melones mal-pensantes que crecen en los huertos de vaya-dolor.
La última es la creación de una cosa rara denominada “Universidad Internacional de Castilla y León”, así, como suena, sin remilgo ninguno que para eso han nacido en el mismo centro del centro de cualquier parte (¡anda, como cualquiera! ¿no?, pero ellos lo visten mejor…). Lo importante es que el nombre siga sonando y el río no deje de llevar agua.
De nada ha servido que el Pleno del Consejo de Universidades no haya informado antes sobre la propuesta; tampoco que los rectores de las cuatro universidades públicas de este maldito invento comunitario se hayan pronunciado totalmente en contra; ellos, que para eso son los que tienen agarrada a esta sociedad subsidiada por los atributos, aprietan un poco más y son capaces de sacar de nuevo a la luz, si se les provoca, una zanahoria añeja y un palo siempre dispuesto a medir las costillas de quien ose contradecirles… que bien se saben los amos y aquí no protesta ni el protestador a sueldo.
Uno de los sindicatos mayoritarios exige ahora una “convocatoria de reunión urgente del Pleno del Consejo de Universidades para que se informe detalladamente de este expediente a la parte social y este órgano emita el informe correspondiente que recoge la normativa que es de aplicación, reservándose este sindicato cuantas actuaciones considere necesarias para garantizar una Educación Universitaria de Calidad y la viabilidad de las Universidades de Castilla y León con garantías”.
Y el Húsar, mal pensado como siempre, mire usted, que casi no se lo cree. Como mucho conseguirán, en un gesto de magnanimidad supuesta y de perdonavidas profesional, que les sea recogida su queja y, en un amago de actitud democrática, elevarán a votación (sabiendo que van a ganarla) cualquier chuminada que dé la sensación de que se que nos considera y de que, incluso se nos escucha. ¡Y luego yo voy y me lo creo! ¿verdad?
Pues no; como uno está ya hartito de ver tanto entreguismo, de soportar número tan elevado de cínicos, memos y papanatas, y dosis tan palmarias de burlas sistemáticas, no nos hemos contenido, una vez más; correríamos el peligro de un envenenamiento por corrupción de la sangre, ¡hasta ese punto nos hierve! Por eso, de corrido y sin pensarlo mucho, hemos enviado como respuesta al escrito de la aludida sección sindical, un breve comentario que sigue y que surge desde la misma rabia que anida en el corazón de muchos leoneses de bien; ¡hasta cuándo y hasta cuánto vamos a tener que aguantar!
Aquí tenéis el comentario:
“Esta no es más que una consecuencia añadida a tantas otras de la cacicada de la creación de esta Comunidad Autónoma irracional, antieconómica, antinatural e incluso anticonstitucional. Lo curioso es que solo protestamos cuando hay una actuación que compromete a una célula concreta de esta sociedad y no por todas que son, por cierto y sin excederme en los calificativos, más dignas de otras épocas. El marchamo Castilla y León que se nos vende, no ya hasta en la sopa, sino en todos los productos, en todos los servicios, en todas las circunstancias, en la propia educación y hasta en la manipulación histórica, geográfica e identitaria, eso es lo que nos lleva a consecuencias como la de darle, seguramente, a un nuevo amiguete esta bicoca que vendrá, con financiación de los de siempre, los paganos, a montarse en detrimento de la calidad y de otras muchas más cosas que todos imaginamos, pero, por otro lado, a llenar de alegría y de tintineantes monedas los bolsillos de alguien.
Aquí, con tal de que la monserga, repetida hasta la nausea, de Castilla-León, Castilla y León, castellano-leoneses y toda su parafernalia, se siga oyendo, publicitando y calando en las conciencias a modo de mensaje de Paul Joseph Goebbels (sí, ese demócrata de toda la vida...) estamos dispuestos a vender hasta a la santa madre de quien haga falta.
Aquí también se exige una cierta dosis de RESPETO, DIGNIDAD Y JUSTICIA... y acabar con tanta bobada y tanto dispendio que ya no están las nóminas para que nos sigan arañando las mismas a cambio de alimentar gorrones inútiles”.
¡ACABEMOS CON ELLOS!
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