Se suele decir aquello de que los hay tontos, más tontos, muy tontos, requetetontos y ahora se ha añadido una nueva categoría: los neoconversos castellanoleoneses, esa especie dañina que está minando los ya escasos apoyos de nuestro edificio leonés… en todos los órdenes. Y uno sigue preguntando la causa de su tontuna sin encontrar respuesta convincente.
La denuncia, puesto que así debería ser considerado este alegato, si no existieran Defensores del pueblo o del común, que tanto da, vendidos y, para mayor escarnio, asesorados por determinados asesores, que mejor me callo no vaya a calentárseme la boca y suba a gritar mi indignación al… otero de las Dueñas, de Sariegos o hasta de Guardo, que me queda un poco más lejos…; la denuncia pues viene a cuento de un hecho lamentable que se produjo hoy mismo, día 20 de abril de 2012, en el Instituto Legio VII de la urbe regia. Los hechos fueron de este modo: un supuesto enseñante, mejor diríamos manipulador de conciencias por el poco respeto que demuestra a su profesión, obligó a los niños, sí, esos seres indefensos, a ir vestidos de morado a clase para celebrar el día de Villalar.
Hace falta ser fato, palurdo, desconocedor de la realidad histórica, de la sensibilidad leonesa con respecto a esta fechoría de comunidad autó-noma (y boba) y hasta del sursum corda para manipular así a estos pobres guajes que, suerte ha tenido el sujeto, ninguno cayó, al parecer, en casa de un convencido luchador por la reivindicación leonesa de León. Suerte tuvo, digo, porque una actitud así hubiera sido digna de vestir a un muchacho de verde o de blanco o de púrpura y con una camiseta de la reivindicación para ver lo que pasaba o, simplemente, denunciarlo ante las autoridades responsables de la educación en esta provincia. ¡Pero quién se ha creido este personaje!
No salgo de mi asombro y sigo echando cuentas sobre el tiempo que nos falta para que nos obliguen a marchar a cuatro patas y, como el lobo de San Froilán, cargar con las piedras de la mismísima Catedral para reconstruirla donde muchos están pensando. ¡Y hasta lo haremos, al tiempo!
2 comentarios:
Vivo en un pueblo de Madrid, pequeño, en el que nos conocemos todos. Soy de León y tengo un hijo de 9 años, que aunque nació aquí se siente leonés. Este año han estudiado las Comunidades Autónomas, con sus capitales incluidas. Ya suponéis, CyLeón, capital Valladolid..le prohibí explicitamente que se aprendiera eso y que cuando su profesora le preguntara, a él o a cualquier niño de su clase, le explicara que eso no era cierto (pobre, cuando intentaba decir estatuto de autonomía, le salía instituto de economía..). Llegó el día de la lección y le llegó su turno, se levantó y muy educadamente le contó a la profesora la realidad de la capitalidad de CyLeón. La profe, andaluza, no estando segura de lo que le contaba el niño le dijo que lo tendría que comprobar. Al día siguiente anunció que no iba a preguntar esa capital en concreto ni oral ni en el examen. Ahora 22 niños ya saben que CyLeón no tiene capital y porqué. Y claro, la noticia se ha corrido por el colegio y muchas mamás (alguna vallisoletana) me han preguntado e incluso alguna me ha dicho, "ay, hija..y qué más da"..Pues no señora a mi no me da igual que ya bastante me manipulan todos los días en las noticias, como para que me quieran hacer comulgar con ruedas de molino con la historia..
Gracias C. Martín por esa labor ya que es importantísimo llevar nuestra reivindicación fuera de nuestras fronteras. Queda mucho trabajo pero es tarea de todos.
Y sobre tu hijo, es normal que se sienta leonés si tu eres leonesa. Ya sabes que suele decirse que "los bilbainos nacen donde les da la gana", pues a los leoneses nos pasa lo mismo.
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