Por pura casualidad (seguramente que en este caso también las carga el diablo), el Húsar acaba de encontrar un Diario de León del pasado día 5 de Julio, en el que aparece una entrevista a Amancio Prada (pimpante él), cantautor berciano de nacencia que hace unos años cantaba en gallego y dejaba que le tomaran por tal, a ciertas publicaciones nos remitimos. De las poéticas nieblas bercianas, lo encontramos ahora, pucelano de adopción, vegetando por las áridas planicies castellanas, en la villa de Urueña, ya saben esa población que se encuentra cercana a Zamora pero que la Junta que nos coloniza identifica con "el centro del centro de Castilla".
No es la primera vez, hemos de recordarlo, pero, a decir verdad todos los "prebostes" de la Junta (y sus "bienmandados" ad-láteres) tienen unos conocimientos bastante sorprendentes de geografia (por no decir más que deficientes, y lo curioso es que no recuperan ni en los extraordinarios de septiembre). Así resulta que Valladolid está en el "noroeste" y un pueblo ubicado casi en el límite de Castilla figura en el "centro del centro". ¿Y si resultara que es el mísmisimo centro del mundo mundial? ¿Cabría mayor honor que fueran el ombligo del universo? ¿Daría lugar a pensar, entonces, que todas las barbaridades que hacen y dicen se deben simplemente a la ignorancia? ¡Y yo voy y me lo trago..! ¡Amos, anda!
En un primer momento el Húsar pensó en colocar estas declaraciones en la sección de "Perlas Cultivadas", pero analizando los evidentes motivos que las originan cree que tal vez estuvieran mejor ubicadas en el Premio "La Voz de su Amo" pero la verdad es que no termina por decidirse; prefiere, entonces, expresar su humilde opinión sobre tan doloroso asunto.
Al leer detalladamente la entrevista todos los buenos sentimentos de paz y amor navideños para toda la humanidad se han visto seriamente perjudicados ante el cinismo del sujeto en cuestión ("acabó el simulacro") y, para que podáis apreciar, lectores, de qué estamos hablando, sirvan como muestra las dos frases siguientes:
“Estoy harto de nacionalismos, quiero el horizonte amplio de Castilla y León”
“¿Leonesismo? Hay que mirar más al cielo para darnos cuenta de lo pequeños que somos.”
¿Cuándo descubrió este pailán que era “castellano y leonés”? Y, otra preguntina, ¿se ha parado este “buen castellano y leonés” a pensar en lo grandes que se sienten los logroñeses o santanderinos desde que tienen autonomía? Ellos que siempre fueron castellanos, son ahora riojanos o cántabros y nosotros, originarios del más importante reino de la España Medieval hemos perdido hasta el nombre y tenemos que sufrir las declaraciones de “personajillos" como el que nos ocupa, que presumen de universalistas cuando son, en realidad, “estómagos agradecidos” y su universalismo de perra gorda termina donde el sentimiento se confunde con la subvención.
Se dice que todo hombre tiene su precio pero es realmente desolador ver el precio tan bajo que tienen algunos, algún concierto de vez en cuando y una casa en Urueña bastan para cambiar las convicciones de sujetos como el que nos ocupa.
Señor, señor, ¡qué cruz!
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