Este es el título del artículo que nuestro amigo "Leñador" de www.astielladeribesla.blogspot.com nos ha hecho llegar para su difusión y que copiamos a continuación para general conocimiento:
Tras el bochornoso espectáculo dado por los supuestos representantes de la soberanía popular a los leoneses de Zamora, Salamanca y León, nos quedan pocas esperanzas en el actual sistema denominado por los que lo sustentan como democrático. Para tener ese calificativo tan altisonante para algunos debería existir una correspondencia entre el sentir y la voluntad popular y los intereses defendidos por sus legítimos representantes. La realidad es que existe un abismo entre la voluntad de la partitocracia que nos gobierna y las inquietudes de los votantes.
La tramitación de la reforma del nuevo Estatuto Autonómico de Castilla y León es un claro ejemplo de lo dicho anteriormente; un proceso que desde principio a fin se ha desarrollado de espaldas a los ciudadanos, en los despachos de los dos grandes partidos y siempre motivado por intereses lejanos a los de los ciudadanos de León, que día a día ven como se construye una Autónomía a la medida, ya no de los intereses castellanos, sino del devastador centralismo vallisoletano que todo lo quiere para sí aunque ello conlleve la despoblación y la ruina de los territorios periféricos de Castilla y de León.
Todo ello con la complicidad de unos políticos más preocupados por sus intereses particulares y por perpetuarse en sus posiciones de poder, que de defender a aquellos que les votaron. En ésta comunidad absurda, la estructura centrípeta de las organizaciones políticas, en torno a unas ejecutivas autonómicas con sede en Valladolid, hace imposible que los órganos provinciales de los partidos, siquiera defiendan cualquier posición divergente de la del órgano autonómico, ya que la consecuencia inmediata es la pérdida de respaldo y la eliminación sistemática de cualquier voz disidente, aunque sea por la defensa de los intereses de su circunscripción electoral.
Por esta razón no es de extrañar la actitud cobarde de los representantes del PP y del PSOE en ambas cámaras, donde ninguno ha sido capaz de alzar la voz para pedir respeto por los legítimos intereses de su tierra. De vergonzosa,s cuando menos, han de etiquetarse las posiciones de leoneses como Zapatero, Morano, Villalba, Silvan y tantos otros que, cuando se trata de conquistar a los leoneses con cantos de sirena, no dudan en proclamar su leonesidad, pero que, a la hora de la verdad, se pliegan a los intereses de sus respectivos partidos sin importarles defraudar la voluntad popular, por otro lado ya acostumbrada a las mentiras y a los incumplimientos sistemáticos de sus políticos.
Pero si estos dos partidos tenían la llave de la esperanza de los leoneses, los demás partidos regionalistas y nacionalistas, no dejan de tener su parte de responsabilidad cuando a pesar de, en algún caso, defender a León, en alguna parte del debate, a la hora decisiva del voto o bien han mostrado una cobarde abstención o han votado a favor de la reforma y en contra de León, suponemos que a cambio de interesantes contrapartidas para sus respectivos intereses políticos.
España nos da la espalda como realidad regional y eso, tarde o temprano, tendrá sus consecuencias, ya que esta tierra no puede observar la sistemática eliminación de sus rasgos culturales, la falsificación intencionada de su historia, la programada manipulación de la educación de sus hijos y la progresiva coartación del desarrollo económico, mediante el continuo menoscabo de todas las posibilidades de progreso, cercenando los recursos naturales por un falso interés de Estado, privándonos de las infraestructuras necesarias para un legítimo desarrollo industrial y sustrayéndonos los recursos económicos que nos son propios.
Los leoneses de Zamora, Salamanca y León, debemos despertar. Con la aprobación del estatuto los efectos van a ser los contrarios de los que presumen sus promotores y se debe iniciar una nueva etapa en la reivindicación leonesa, más firme que la mantenida hasta ahora. Es hora de tomar otras iniciativas.
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