¡A buenas horas, mangas verdes!
(Se impone, quizás y en primer término, un breve comentario de esta conocida expresión, más en el uso que en el origen)
Diremos, entonces, que se aplica a aquel que toma una determinación a destiempo, tarde y fuera de plazo (“tarde, mal y nunca”, se dice también por estas tierras); en algunas ocasiones, sabiendo que la misma ya no le compromete en nada (aquello de “a toro pasado…”)
Entre otras explicaciones, se dice que, su origen podría situarse en el cuerpo de policía rural creada por los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, denominado la Santa Hermandad. Se encargaba de perseguir todo tipo de delitos, pero principalmente los relacionados con la fe en relación directa con la Inquisición. Sus miembros vestían unas casacas con mangas verdes y, por lo que podemos colegir, no debían ser excesivamente puntuales.
Otros afirman que este dicho proviene de la Guardia Urbana creada en el siglo XIX cuyos miembros, por asimilación con el nombre de su fundador, fueron llamados "Romanones". Llevaban un uniforme compuesto por guerrera cruzada y pantalón en color azul marino con las bocamangas de la guerrera en verde; iban tocados de un gorro colonial igual al que aún usan los policías ingleses, y armados con un gran sable a la cintura. En los momentos de alteraciones del orden público debían tardar, seguramente, mucho más de lo aconsejable en acudir a los puntos conflictivos.
Nuestra expresión viene hoy a cuento de lo que se constata, como un goteo de tortura china, cada día con más fuerza, con más persistencia y con mucho mayor descaro.
Juzguen si no tenemos razón; solo con los periódicos de la semana pasada podríamos elaborar una colección de agravios que harían palidecer de horror a cualquier político de no importa dónde… salvo que fuera nacido, criado o alimentado por esta pobre tierra; ¡hombre, sin excluir a una inmensa mayoría de una provincia que se ha propuesto convertirse en el centro del mundo mundial!
¿Que los leoneses piden una Facultad de Medicina, ante la evidente falta de médicos y la posibilidad de creación de algunas nuevas para llevar a cabo esta urgente formación? (Obsérvese que la Universidad de León ya imparte un tercer ciclo –un doctorado- en Medicina Humana, en el seno de su prestigiosa Facultad de Veterinaria). Pues, de la forma más chulesca se dice que NO, incluso contra la opinión de los propios profesionales: “los médicos creen que la Junta premia a Valladolid al negar la Facultad a León”; y como no basta la negativa, se nos restriega la misma por donde más nos duele y hasta se monta una manifestación en contra. ¡Ya esta bien de tanta chorrada de estos inconformistas leoneses que no hacen más que quejarse! Pero, si hasta Burgos “quiere la misma financiación que la del Palacio de Congresos leonés”. ¡Faltaría más! ¡Para mí quisiera estar en el mismo puesto de renta per cápita que los burgaleses, pero esto me pasa por practicar el victimismo…! Pero, si hasta “el rector de Salamanca se opone a que León tenga su propia facultad…”! ¿Le habrá contado alguien, a este buen hombre, que la citada universidad debe su existencia a un rey leonés, Alfonso IX? ¡Total, otro cazurro, seguramente tan despreciable y tan digno de crítica como los que se lo siguen recordando, para su mortificación! ¡Se terminó la política de la zanahoria y el palo; ahora vamos a darles solo la segunda parte del invento…!
¿Que “los profesores critican que la Junta cierre los centros de formación a sus espaldas”? ¡Y qué más da! O ¿no nos hemos dado cuenta de que aún están lejos de saber qué significa eso de la democracia? ¡Les vale con sus propias opiniones y, si es necesario, se enrocarán o cambiarán, en mitad del juego, las propias reglas del mismo… con tal de “fastidiar” a los de siempre!
¿Que algunos, con argumentos y buen criterio, tratan de crear un eje alternativo a tanto diseño perverso y malintencionado de red logística de la Junta que nos malgobierna y piden una autovía León-Bragança? Se reitera la misma respuesta que únicamente sale de su boca cuando oyen de dónde parte la demanda; ¡y además con los votos de los propios parlamentarios ¿leoneses? del PP! ¡Bonita manera de defender los intereses de sus votantes! Claro que, naturalmente, a mí están muy lejos de decepcionarme… ¡como no les voté! En situaciones semejantes, me viene a la memoria aquella aguda frase de los primeros años de la transición, ante el desencanto de muchos: “¡No me cuente usted su vida… yo voté al PSP!”
Y para colmo, por si acaso a alguno le daba por seguir en sus trece de la reivindicación pueblerina, rancia, victimista, fuera de tiempo y bastante obtusa de estos de León, en portada, en grande, para mayor mortificación se nos recuerda que “Valladolid cierra filas y se adelanta a León con un plan para ser el eje del Noroeste”. ¡Qué mala suerte tenemos; siempre se nos adelanta alguien! ¡Ay si tuviera tiempo y lugar para comentarles todo lo que se me pasa por la cabeza con esto de “cerrar filas” (algunos todavía recordarán una canción, por cierto, me parece que era un tanto fascista, que hablaba casi de lo mismo…) ¡Pero que afán, qué manía tienen estos con lo del cierre, me viene también a la cabeza aquello tan repetido de que “el mapa está cerrado”, pero seguramente no “bien cerrado”! ¡Al tiempo! ¡No hay mal que cien años dure…!
Claro que, como es habitual, se escudan en que, “mientras en León falta iniciativa y coordinación” (¡y yo que creía que lo que faltaba era poder político y capacidad de decidir por nosotros mismos…!), la Cámara de la innombrable impulsa el “plan estratégico 2016”. Resulta que, ahora, no sólo todo debe pasar por el “centro del centro del mundo mundial” sino que desplazamos, a nuestro capricho el dicho lugar y lo colocamos, ora como “el Norte de Castilla” o “el centro de la Comunidad Autónoma” o, incluso, si nos apetece, le convertimos en “el eje del Noroeste” Claro que, según Ramón Gutiérrez, Director de Abol Consulting, “el centro del Noroeste es León (aunque) artificialmente se puede desplazar.
La sabiduría popular del paisanín de mi pueblo preguntaría, ante tanto desatino: ¿En qué quedamos, en la burra o en los cuarenta reales? De cualquier modo, creo que deberíamos avisar con urgencia a los del libro ese de los records porque tantas variaciones, tantos desplazamientos geográficos no solo serían objeto de estudio por parte de algún avispado profesional de la cosa esa, sino que, con toda seguridad, nadie habrá visto en el mundo nada igual…
¿Que estalla el escándalo de la leche (a la que no adjetivo, únicamente por respeto a las vacas)? Pues se mira para otro lado y hasta algún santón del invento este se atreve a pontificar: “En Asturias o en Cantabria esto no sucedería”. ¡Claro que no; ni esto, ni eso ni aquello, ni lo de más allá! Lo primero, la autoestima y, sobre ella, lo que ustedes quieran…, incluyendo un poquitín de memoria. ¡Pero de ambas cosas no andamos, por lo que se constata, muy sobrados! Y la situación no viene sino a certificar el abandono de un sector que, en su momento, nos colocara en un muy digno tercer lugar en cuanto a la producción. Hoy, como el poeta, solo nos quedan los lamentos y la constatación de vernos convertidos en una colonia que otros explotan… mientras quieran y tengan algo que “ordeñar”. Cuando ya no interesa, contestan con el despectivo: “Ahí os quedáis”, o si no, emplearán aquel otro más ofensivo, “que os den…”
¿Que se organiza una feria del libro en León y no se desarrolla con la dignidad que habían previsto los organizadores? Naturalmente, al no ser la Feria “de Castillileon”, “la Junta no ha puesto ni un euro”, por lo que, “el presupuesto fue muy insuficiente” y aunque los autores “han venido gratis, así no se puede hacer una feria con primeros espadas”. Pero ¡habrase visto atrevimiento semejante y cazurrería más cerril! ¡Pero si ya llevamos varios años sin apostar un duro por esta gente! Y ellos siguen erre que erre… pues ya tienen lo que se merecen… Mas no se preocupen que, para presumir de regional, no faltará quien invite a “la Diputación de Valladolid”… ¡Pena negra!
Mas, pásmense ustedes a coro; ante todo este desdén, esta falta de seriedad, esta tomadura de pelo y esta interpretación, sui géneris, de la democracia, encontramos algunas voces que parecen “haberse caído del guindo” de su entontecimiento (claro que, quien paga manda…) y así hemos asistido, entre confusos y aturdidos (quizá más por el ruido de las megafonía que por los mensajes en si mismos) a las manifestaciones de los sindicatos el pasado 1 de Mayo. Frótense los ojos si no me creen: “los sindicatos critican a la Junta por negar a León proyectos básicos”; aluden, naturalmente, a “la Facultad de Medicina y a la falta de apoyo a la León-Bragança” (…) “oportunidades perdidas para corregir las desigualdades con Valladolid”
Como consecuencia de sus profundas y sesudas cavilaciones, deducen (¡anda que no han necesitado años!) que “los trabajadores leoneses se sienten hoy bastante lejos de esta Comunidad…” ¡Vamos que quedaron calvos de tanto pensar! ¡O entrenan para ser un poquito más lerdos o no se han enterado de nada a lo largo de estas últimas décadas o son más cínicos de lo que suponemos y nos dan a entender!
Resulta que han sido ellos mismos los que, de manera reiterada, han denostado el movimiento leonesista, han criticado cualquier tipo de manifestación, han colaborado a la difusión del mito del leonés victimista invitándonos a “mirar al futuro”, han aplaudido hasta con las orejas a los mandamases de la SU región, han obedecido, sin rechistar, las reiteradas voces de ¡a formar!, han bendecido las políticas que nos han llevado a este estado de postración política, económica, social e identitaria… y ahora, se nos vuelven reivindicativos para con León… ¡y en contra de la Junta! No me río porque ya me duele hasta el alma…
A pesar de todo, del escaso número que sumaron (“la manifestación del 1º de Mayo que en León reunió cerca de un millar de personas…”, aunque curiosamente alguno de los asistentes confesaba que apenas eran doscientos) y sin tener en cuenta aquello de que “lo pasado, pasado está” o aún que “obras son amores y no buenas razones” y que “por sus frutos los conoceréis”, vamos a ser generosos, a darles un margen de confianza y a invitarles, de manera formal si hace falta, a la trinchera de la defensa de esta tierra. ¡Bienvenidos, camaradas!, sobre todo si vuestra arribada es producto del raciocinio y habéis llegado a la misma conclusión que nosotros… Nos tememos, sin embargo que, como los “Romanones”, aparecéis ya un pelín tarde… De ahí nuestra amarga queja de hoy: “¡A buenas horas, mangas verdes!”
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