sábado, marzo 19, 2011

CARTA ABIERTA AL SEÑOR RODRÍGUEZ ZAPATERO (Viernes 18 de marzo de 2011)

Nuestra amiga Lláncara nos hace llegar la carta que preparó ayer mismo para el Presidente del Gobierno, salvando la anécdota de que iba a venir pero al final se quedó en La Moncloa, todo lo dicho por Lláncara es de total actualidad y solo se le ocurre al Húsar que pedimos poco para todo lo que padecemos y ese es el fallo que en esta sufrida tierra leonesa, la mayoría de los ciudadanos somos "gente de orden" y de eso abusan los dirigentes que llevamos padeciendo los últimos treinta años.

Estimado presidente:

Como sé que no me van a permitir hacerle entrega de mi carta, la escribiré aquí cual mensaje de naufrago dentro de una botella.

Hace años ¡éramos tan jóvenes! compartimos años de estudios en la misma universidad leonesa que recientemente había conseguido su autonomía. El político que tanto prometía es ahora el político que tanto promete y nada cumple. No me venga usted con crisis y modelos europeos, no me venga con caídas de bolsa y subidas del combustible. No me sirven esos argumentos para justificar su mala gestión

Mañana entrará usted en loor de multitudes en La Bañeza para inaugurar nuestro Teatro. Tal vez le sigan sonando las gritos de los leoneses que en la ciudad de León le habrán recibido con más pitos que bravos.

Como el Mister Marshall de la película, ¿nos va a traer algo de provecho? ¿Nos va a solucionar la falta de empleo? ¿Va a reconvertir nuestra ciudad en lo que fue y ya no es?

Vamos a inaugurar un teatro que ha tragado subvenciones de todas partes, que ha retrasado su apertura miles de veces, que le servirá para soltar el mitin de apoyo a sus camaradas que se van a partir las manos de aplaudir sus palabras. Palabras de promesas que ya no nos creemos.

¿No se le cae la cara a cachos al tener su tierra como la tiene? Ya sé que tiene usted muchos compromisos que atender y una agenda tan apretada que no cabe el mapa de estas tres provincias, hermanastras pobres del resto de ese mapa español ni en lo que tan pomposamente llaman ustedes Gobierno de España. En un lugar de estas tres ninguneadas provincias está mi pueblo. Y mi pueblo, que es ciudad, reclama Hospital, Circuito, trabajo, trabajo y trabajo. Entre otras cosas.

¡Acuérdese de su tierra que se muere de desidia y desaliento! Usted es, en estos momentos, el que tiene en sus manos nuestro destino. Queremos ser igual que el resto de los españoles, con los mismos derechos y deberes. Con la misma dignidad y el mismo orgullo. Dignos del mismo respeto.

Sea usted coherente con ese talante del que tanto presume. Sea usted el leonés que haga por su tierra algo por sacarla de estos años de ostracismo al que nos vemos condenados. Sea usted leonés en toda la extensión de la palabra.

Me imagino cuales serán sus palabras. Me las conozco de memoria igual que conozco los gestos de sus manos y las impostaciones de su voz. Si alguna vez tuve esperanzas en que usted haría algo por nosotros, debo confesarle que he perdido la fe.

Atentamente, una bañezana del Reino de León.

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