Es evidente, palmario, definitivo… estos políticos en celo están completamente desbocados. En su supuesta necesidad de blablear (hablar para ocupar el tiempo siendo capaces de no decir nada), largan soflamas y hacen afirmaciones que bien pudieran recibir el calificativo de sartenadas; sí hombre, por aquello de lo que “dijo la sartén al cazo, apártate que me tiznas”.
Pues si hay algo que, al menos para el Húsar, es intolerable, cínico y hasta impúdico es no ser capaz de palparse la viga propia apuntando la lupa a la paja o incluso a la simple mota de polvo del contrario.
Que a estos nacionalistas castallanoides de la innombrable les tumban el artículo 75.1 de su infumable pestatuto sobre las competencias del río Duero…, el mandamás de Santiago-Juárez, con esa jeta que Dios le ha puesto como penitencia, sale el tío y opina que “no hay que dramatizar”, que ya pagarán abogados con nuestro dinero, bordearán la ley que es lo suyo y encontrarán, no lo duden (son sus propias palabras) “fórmulas que nos den protagonismo en el Duero”… por mí como si se lo beben, pero de corrido, sin respirar, a ver si les da un torzón y nos dejan tranquilos una larga temporada.
Ahora, eso sí, hay que seguir sacando pecho, regalando cinismo y criticando a otro que, según opina el fenómeno éste, está peor ya que en Andalucía “lo tienen peor –ya tenían asumida la competencia y creada una agencia de aguas- y lo siento por ellos”.
Mire don usted, no me sea insolente, no se mofe de quien está en su misma situación porque, uno, en sus limitaciones, aún conserva cierta coherencia y puede pensar que trata de echar sobre el asunto la negra manta del mal de muchos… consuelo de tontines, bobines y otras especies de semejante familia, puesto que fue el mismo tribunal y el mismo dictamen para los otros y para los suyos. ¿O no?
Pero la cosa no termina aquí; en efecto, como esto de la tontuna ataca por igual a los individuos de ambos sexos, hubo otro especimen preelectoral que también consiguió miccionar fuera del tiesto, y anda que no es fácil si se entrena uno y le pone ganas y voluntad…, pero ni por esas. Hace unos días, la ínclita señora Cospedal que se equivoca hasta leyendo los papeles ¿que le escriben?, pronunció una frase que ya deben estar los canteros reproduciendo en mármol de Carrara para que pueda pasar a la posteridad que bien se lo merece; vean y juzguen si no: “Castilla y León es un ejemplo de que las cosas se pueden hacer bien”. ¡Y se quedó tan fresca, oiga!
¿Y qué cosas? ¿Y cuánto de bien? Porque si uno comete el error de seguir leyendo (¡hay que tener tiempo, ganas y deseos de mortificación!) la mujer esta concluyó su arenga, perorata o cacareo con esta otra frase que habría dejado sin aliento al mismísimo Demóstenes: “Eso tiene que ser uno de los objetivos claros de un modelo educativo: enseñarles conocimientos y no adoctrinarlos ya que cuanto más formados y más conocimientos tengan, más libres y más capacidad para elegir tendrán”. ¡Patidifuso quedó el Húsar al escuchar tamaña melonado que, si no fuera trágica por el cinismo que destila, resultaría cómica!
¿Se habrá enterado esta señora, "tan capaz" ella, de que el argumento del abogado defensor de la Fundación Villalar, cuando ésta fue denunciada por manipular la historia en el primer cómic con el que trataron de adoctrinar a nuestros hijos, fue que "como no era un medio de comunicación no tenían la obligación de decir la verdad", admitiendo de este modo la falsedad de sus publicaciones?
Como ejemplo de capacidad de elección no hay más que ver lo que pasa aquí desde que nos impusieron este modelo de explotación servil autonómico dándonos patadas en el mismísismo trasero y como realización concreta de su política tan aseptica recomendamos el famoso cómic de Villalar o cualquier otra de las realizaciones de esta malhadada “Fundición”, adoctrinadora de niños inocentes, manipuladora de historias y de conmemoraciones, financiadora de “estudios”, editoriales y proyectos y cuyo único objetivo programático es el de acabar con las señas de identidad de la Región Leonesa y no escatima ni esfuerzos ni dinero (¿sabremos cuánto algún día?) a pesar de haber sido ya advertida en varias ocasiones por el Procurador del Común.
Algunos, si tuvieran un poquitín de dignidad o se callaban o, después de haber metido la gamba de ese modo, se marcharían a casa a dedicarse a otra cosa… claro que, seguramente, no sería tan lucrativa, tan resultona y tan encumbrada sobre los ciudadanos que hace de los que la ejercen verdaderos superhombres o supermujeres con superpoderes de cualquier tipo; ¿cuándo encontraremos la kriptonita que les paralice?
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