Hoy, la democracia ha cerrado por defunción
Con este título y tras mucho tiempo sin dar señales de vida, como ella misma confiesa al principio de su carta, nuestra más joven colaboradora, Triny, nos envía una nueva denuncia. Aquí os la dejamos para que opineis sobre ella:
Tras mucho tiempo sin escribir, creo que no se ha necesitado mi colaboración ya que mis posturas han sido defendidas adecuadamente, me dispongo a hablarles sobre un asunto indignante.
Hace algunos meses leí con asombro la noticia de que se iba a construir una línea de alta tensión, la entonces llamada Lada-Velilla, cruzando la ya maltrecha montaña leonesa.
A estas alturas me sorprende el hecho de que tras todas las manifestaciones contra esta línea apenas se hable de este problema.
¿Por qué tras tantos años de sufrir el “progreso” en nuestras propias carnes tenemos que soportar otra afrenta contra nuestra naturaleza y nuestra tierra? Sin embargo aquellos que detentan el poder para parar esta masacre nos exigen cínicamente “solidaridad”. ¿Cuánto hemos dado los leoneses? ¿Cuánto hemos recibido?
Yo no soy montañesa, pero no me parece justo que la montaña, nuestra montaña de León, la montaña de todos los leoneses tenga que sufrir continuamente por la codicia de unos pocos, primero con el pantano de Riaño que dejó sin hogar a los leoneses de 8 pueblos del valle, después con la despoblación que está sufriendo esta zona de León y ahora con esta línea asesina que pretende dar el golpe final a la montaña leonesa.
La verdad es que me alegra mucho que nuestro presidente “leonés” esté en contra del cambio climático y sea muy ecologista, sin embargo, y ahí está la cuestión, no solo no se ha pronunciado en contra de esta línea antinatural que va a destruir uno de los espacios naturales más bonitos de España, sino que la ha apoyado incluyéndola en el plan nacional de energía para el 2008. Y yo me pregunto: ¿A quién tiene que “indemnizar” el gobierno de turno entregándole este proyecto?
Aún así lo que más me duele no es que la gente de fuera se empeñe en destruirnos, que también, sino el hecho de que nuestra propia gente se quede parada cuando las plataformas anti-Sama-Velilla protestan, ¿cuántos valles inundados más, cuántas líneas de alta tensión tienen que cruzar nuestra tierra para que los leoneses no afectados directamente se impliquen en las reivindicaciones? Hay muchos que dicen que no nos van a hacer caso y que por eso no protestan, pero la única batalla que se pierde es la que no se lucha.
Aún así, desde el momento en que se decide un proyecto contra esta tierra en la que los ciudadanos no tienen ni voz ni voto, la señora llamada democracia cierra su tienda por defunción.
Triny 15 años
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