sábado, marzo 27, 2010

Fuente Obejuna, con 'b'

Bajo este título, nuestra colaboradora Lláncara nos envía la carta qopiamos a continuación y que, en nuestra opinión, no puede ser más explícita en estos tiempos que corren. Como dicen las Escrituras "¡quien tenga oídos para oir, que oiga!"

Por supuesto que no confundo las uves con las bes. El título de la obra del genial y prolífico Lope de Vega es Fuenteovejuna. Esta obra situada en la época de los Reyes Católicos, refleja el levantamiento de un pueblo contra el abuso del Comendador que ejercía el derecho de pernada.

El pueblo no se propone cambiar el sistema social, busca justicia simplemente y para ello la toma de su mano y después pide justicia a los Reyes para que avalen su acción.

Ha de ser una mujer la que consigue con su indignación y su fuerza levantar a todo un pueblo frente a las injusticias y los abusos del comendador. Acusa de cobardes al alcalde de FO su propio padre y al resto de los hombres del pueblo y convence a las mujeres para que se unan en su lucha y su reivindicación. De este modo el pueblo mata al comendador en justa venganza.

La obra de Lope de Vega es Fuenteovejuna con v de oveja ya que Laurencia, la mujer deshonrada llama ovejas a todo el pueblo porque como ovejas actúan al seguir aguantando los abusos y las imposiciones de los todopoderosos señores.

En realidad el pueblo se llama Fuente Obejuna con b ya que su nombre viene de estar en la villa romana Fons Mellaria, fuente de miel. Los habitantes de la villa cordobesa son llamados melarienses o mellarienses.

Todo esto viene a cuento de que no debemos actuar como quieren nuestros queridos políticos, como un rebaño de ovejas y ellos como buenos pastores. ¡qué digo ovejas! Quieren que seamos como borregos pacíficos y bien amaestrados.

Las abejas, sin embargo, siguen otros patrones de conducta, aunque también sean animales gregarios. Hacen miel tienen sus reinas y sus zánganos, como cualquier grupo social que se precie y reaccionan cuando se sienten amenazados…clavando su aguijón.

En nuestras manos está el ser ovejas del rebaño o abejas voladoras.

Lo de ser oveja no va conmigo, ni siquiera la oveja negra y no soy racista. Prefiero ser abeja y… seguir picando.

Con respecto al Comendador, en aquellos tiempos tuvo bien merecido su castigo. Hoy en día nuestros comendadores de pacotilla, digo yo que ajusticiados por las bravas, no sé yo, pero tirarles al pilón, estaría bien ¿o no?

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