Javierín, el de la Dipu,
pirulillo, pirulín,
pásmense ustedes, señores,
se levanta cantarín;
no le llamaré cantante,
eso es pasarse un pelín;
pero llegado el verano
ya repite, el muy tontín,
la canción que otros entonan,
no sin cierto retintín.
Hablan de un mapa cerrado,
colorado, colorín;
¿dónde se encuentra la llave?
¿en qué augusto camarín?
¿en el fondo de los mares
matarile, rilerin?
¿Podremos decir cerrojo
o será solo un llavín?
¿Y qué puerta es la que cierra
este lúgubre clarín,
trompeta que anuncia el juicio
bajo la palabra fin?
¡Ah!, ¡que se trata del tema
de este engendro malandrín,
que ya por 23 años
trata de hacernos tilín,
intentando convencernos,
forroñoso, forroñín,
de las historicidades
de este nuevo banderín,
que no llega ni a bandera,
pues es un simple trapín,
un mantelito de cuadros
que no vale ni un florín…!
Ni el cante desafinado
de este pobre borrachín,
ni las salidas de tono
del alcalde Miguelín,
ni mucho menos los solos
de Villalva, el Angelín,
preocupan a este patriota;
son héroes de folletín.
El pueblo es el que me duele,
noble como un fiel mastín,
que a pesar de los castigos
sigue absorto en su trajín;
y mientras, campa a sus anchas
algún nuevo parlanchín
que busca aumentar por días
su insatisfecho botín.
Botín, sí, pues que se trata
sin duda de un malandrín
que diera causa y motivo
de belicoso motín,
de protestas, de tumultos,
de asaltos al polvorín…
si intentara sus hazañas
en cualquier otro fortín.
¿Nos habremos transmutado
en obediente rocín,
paciente y disciplinado,
que usan como trampolín
tipos de cara tan dura,
que se dan tanto postín,
y que no hacen otra cosa
que tocarnos… el violín?
Un consejo para el trío,
periquillo, periquín,
cutre, friky y obsoleto,
“el trío del copetín”:
cambien ustedes de copla,
ya no canten en latín;
renueven el repertorio
que está un poco gastadín,
miren que ya nadie escucha
su disonante flautín…
Jubílense, que ya es hora;
¿no está lleno el maletín?
Pongan proa hacia otros mares
con velero bergantín,
pues me temo que si siguen
con su rollo cantarín,
puede que estén provocando
un verdadero espolín
y lo paguen sus traseros
colorados, colorín.
NB. El cuento no ha terminado.
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