domingo, agosto 20, 2006

PARA QUE NO LO OLVIDES o … “La ocasión de oro de quedarse callado”

Como primera entrega de nuestra nueva sección, regodéense con la "largada" del Miguel, el alcalde de San Andrés del Rabanedo; sí, ese que dice que el mapa autonómico está cerrado, ese que despelleja a los leonesistas, ese que, sin embargo, y llegado el caso, no siente repugnancia a la hora de pactar con ellos en determinados ayuntamientos, ese que no apoya la conversión de la Región Leonesa en NUTS-2, pero que dice apostar por su desarrollo, ese que defiende la plurirregionalidad de este bodrio, ese que se conforma con el soterramiento de 700 metros, aunque condene a una parte de la ciudad de León y de su mismo pueblo a verse partidos en dos zonas, ese que se hace preguntas pero no quiere dar la respuesta, ese que critica la demagogia y es el paradigma de la misma, ese… caradura. ¡Eran otros tiempos...!

El artículo es “pelín” largo pero merece la pena leerlo con detenimiento. Cinco años después (durante tres de los cuales un sedicente leonés se sienta en el Palacio de la Moncloa), la situación es aún peor que la indicada pero ¿dónde está la redefinición de León en el Estatuto? ¿Dónde queda el “papel central” de León en esta Comunidad? ¿Qué han hecho los socialistas por reabrir el ferrocarril Via de la Plata, y por terminar la Autovía del mismo nombre, para vertebrar el País Leonés? ¿Qué han hecho los socialistas para cerrar el Campo de Tiro del Teleno, ahora que un leonés es Ministro de Defensa? ¿Dónde están las protestas socialistas ante la autopista de la energía Lada-Velilla y ante la posible instalación de cementerios nucleares en suelo leonés? ¿Dónde etc. etc.? Debería caérsele la cara de vergüenza, pero para eso.... ¡hay que tenerla! ¿Le quedará siquiera la semilla?


TRIBUNA: DIARIO DE LEÓN, 8 de julio de 2001
Miguel Martínez, Secretario general del Partido Socialista de León – PSOE


LA COMUNIDAD AUTÓNOMA Y LEÓN

Nadie es insustituible. Sin duda, las directrices políticas no las marcan las personas, sino que vienen dadas sobre todo por los talantes. Por eso los socialistas leoneses hemos decidido dar un giro de timón en nuestra línea discursiva y de actuación, no sólo porque hayamos cambiado de secretario general, sino principalmente porque hay un nuevo estilo, más cercano y reivindicativo. A nosotros no nos es ajeno que León está en franco declive económico y en un preocupante retroceso poblacional que pronto hará que esta provincia se sitúe por debajo de los 500.000 habitantes. Sabemos también los problemas que afronta la minería y los sectores agroganaderos, nuestras carencias industriales y de infraestructuras, nuestra deficiente red viaria… El caldo de cultivo, en suma, que hace que nuestros jóvenes, la generación de leoneses más formada de la historia, tengan que irse a ganar el sustento fuera y vuelvan aquí ya sólo de visita, hasta que un día se olviden de regresar.

Tras años de gobiernos conservadores León, una tierra rica en recursos y población emprendedora, no le permiten despegar económicamente y, ante esta situación, los socialistas, fieles a nuestro papel de portavoces de lo que la gente siente, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Qué le ha aportado económicamente a León formar parte de la comunidad autónoma de Castilla y León? Y a la hora de preguntárnoslo en nada queremos que se nos asocie con los modos de discursos de grupos autodenominados leonesistas que, a base de un provincianismo populista, una alta dosis de manipulación juvenil en forma de radicalidad mal entendida y, por supuesto, sus estudiadas pataletas folklóricas fútiles, se han hecho un hueco en el mapa político provincial para acabar apuntalando a los gobiernos conservadores. Más de lo mismo. Y por cierto: ¿Dónde están los quinientos mil millones que dijeron conseguir para León y los cuales justificaban su pacto postelectoral con el Partido Popular? Vaya usted a saber.

Pero vamos con la pregunta anunciada. Se cumplen ya 23 años de vigencia de la Constitución y 18 del Estatuto de Autonomía. Son suficientes para hacer un sosegado balance. Mirando hacia atrás podemos ver con perspectiva lo conseguido –con sus aciertos y sus errores- se vislumbran los avances, las renuncias, la lucha, la decepción.

A día de hoy, la Constitución goza de buena salud y el Estatuto de Autonomía es el que es, con sus grandezas y sus miserias, y a ambos les debemos predicar una lealtad primaria, más aún cuando hablamos de los valores que configuran la democracia y la convivencia en libertad. Pero desde luego un socialismo vertebrador no está reñido con una postura enérgica y altamente reivindicativa para con esta comunidad autónoma y, como nos enseñó la pensadora, María Zambrano, “anterior al impulso de destruir es el impulso de pulir”. La ciudadanía demanda una redefinición de León dentro de esta comunidad autónoma, y lo demanda con premura. León debería ocupar el centro indiscutible de desarrollo de esta comunidad como uno de los territorios fundacionales histórica y económicamente más relevantes de la misma. Empiezan a sernos tediosas tantas razones que justifican un reparto institucional y presupuestario no equitativo. Hace tiempo que nos invade el hastío ante dicha situación, que llega incluso a atentar contra la dignidad de un pueblo, el leonés. Retrospectivamente resulta ya evidente –sólo hay que estar en contacto con la gente para saberlo- que León no entró de motu propio ni está del todo a gusto en este marco político-jurídico (al menos según está actualmente concebido) Y sin embargo, la voracidad de nuestros aliados en la comunidad parece no tener fin. Las industrias y proyectos que expresan el deseo de venir a León, rápidamente son reclamadas por alguna provincia castellana con la que tenemos que competir. Y muchas veces de poco nos sirve esgrimir nuestras razones. Así pasó con la Fasa o la fábrica de bioetanol. Y con el puerto seco y tantas otras.

A los socialistas leoneses nos surge ahora otra reflexión: ¿Pero qué precio político va a pagar Castilla por el hecho de que León esté con ellos en esta comunidad autónoma?

Ante tal panorama político se hacía necesario que un partido progresista como el PSL-PSOE, en la mejor tradición del socialismo democrático, siempre defensor de las particularidades de los pueblos, activara este giro discursivo con el objetivo de ser verdaderamente el adalid de los intereses de los leoneses y las leonesas. Una esperanza real. En plena era de declive económico y ensimismamiento de esta provincia a causa del apoltronamiento y el centralismo, ahora que el tren de alta velocidad cada vez nos queda más lejos, ahora que autovías como la León-Benavente empiezan a parecer interminables, los socialistas leoneses, con renovadas energías tras nuestro reciente congreso provincial, creemos estar en condiciones de ser un soplo de aire revitalizador en la vida política. Y queremos por eso anunciar a su vez nuevos tiempos para León. Sin duda. León se ha dado cuenta de su propio estancamiento y quiere salir de él. Se percibe en el ambiente. Cada vez más gente es consciente de que el principio de una provincia moderna e innovadora radica en unos gobernantes progresistas con nuevas ideas e imaginación Y esta certeza no sólo nos llena de ilusión, sino que nos da fuerzas para poder decir ahora que León va a ir a más, que va a rugir de nuevo. Lo digo porque creo firmemente en las posibilidades de esta tierra y en el proyecto que me ha tocado liderar. Sí, León va a ir a más. Todo un principio ha sido la reciente elección de José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general de los socialistas españoles, primer paso para que pronto un leonés sea el próximo presidente del gobierno.

Por eso los socialistas leoneses queremos anunciar una línea política más reivindicativa para León, pero no demagógica sino realista y concreta: reclamamos una parte presupuestaria más sustancial, queremos un peso político más importante dentro de la propia comunidad, acorde con nuestro bagaje histórico, cultural y económico. Lucharemos decididamente por ser la sede de la resultante de esa inminente fusión de cajas de ahorro de la comunidad, así como por cada proyecto industrial público o privado para el cual creamos que tenemos posibilidades y derechos. Es cierto que los actuales gobiernos tanto autonómico como provincial, no nos lo ponen fácil con sus enquistadas políticas y sus dirigentes caducos, pero queremos aún así propiciar nuevos vientos para esta tierra haciendo saber a la ciudadanía que León sí se sabe defender

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