Me permito poner el título de la columna de Victoriano Cremer. Debo decir que, si no diariamente, la leo con bastante asiduidad y en ocasiones me asaltó la duda de que el Sr. Cremer, en lugar de burgalés, por nacencia y familia, y leonés por vecindad, fuera gallego pues hubo ocasiones en que no conseguí averiguar si subía o bajaba. Sin embargo en esta ocasión no me resisto a copiar unos párrafos (salteados) de su columna pues creo que, en esta ocasión,"acertó plenamente en la diana".
Quien quiera leer el artículo completo solo tiene que cliquear en: http://www.diariodeleon.es/se_opinion/noticia.jsp?CAT=108&TEXTO=4407906
"Pienso, pensamos algunos de los leoneses recalcitrantes, que esta parcela entrañable de la geografía hispánica, además de merecer una misa, se le debiera atribuir el elogio que se merece, por sus muchos años de resistencia a los manejos de tantísimos políticos como en su prolongada historia han contribuido a su despojo histórico y económico."
"Merece la pena vivir en León, hasta en invierno, y lo que se hace necesario es que los señores y las señoras que nos gobiernan y enjuagan realicen todo el esfuerzo de que sean capaces para conformar una figuración de la Región Leonesa, incluyendo sus capitales más emblemáticas, para proyectar sobre la gran pantalla universal el perfil verdadero de un lugar codiciadero que fuera en sus tiempos más brillantes y resonantes, cuna de heroicos paladines, de eminentes eruditos y de trabajadores de la tierra, que dejaron escrito el gran memorial de los gozos y las sombras de León."
"Nos tememos los hombres que tal vez fueran indispensables para esta recuperación del tiempo perdido en futiles empresas o en planeamientos personales de utilidad única y cambiar de cabalgadura porque lo que son o pueden llegar a ser los pueblos no radica en su climatología sino en la temperatura cultural de las gentes que le habitan, que le ocupan, que le usan."
No diremos de incompetencia, que es una virtud de la que si se carece de nacimiento no se recompone en todos los días de la vida del infante, sino de ineficacia, que debe ser entendida como la habilidad del listo para seguir ordeñando la vaca, sin necesidad de demostrar pericia en el oficio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario