Acabamos de asistir, atónitos, al anuncio de la compra del Teatro Emperador por parte del Ayuntamiento de León.
El Húsar quiere dejar bien claro que apoya totalmente la conservación para la ciudad de León de tan emblemático teatro, pero, fiel a su trayectoria inquisitorial, no puede dejar de hacerse las siguientes preguntas:
¿Cómo es posible que, tres semanas antes de unas elecciones que pueden cambiar totalmente el signo del Ayuntamiento, se firme una compra de tanta importancia?
¿Cómo pagará el Ayuntamiento de León los más de cinco millones de euros (IVA incluido), importe de la citada compra?
¿Cómo justificar que, con deudas impagadas a proveedores desde hace 10 años, se acometan dichos dispendios?
¿Se está tratando de hipotecar al futuro gobierno municipal incrementando, aún más, una deuda municipal insostenible?
¿Es acaso el mismo tratamiento que se tiene con otras "capitales de provincia"?
¡Qué retorcidos somos, siempre pensando mal! Claro que, con esta tropa..., "piensa mal y acertarás".
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