viernes, agosto 21, 2009

Otero... ¡ya no te queda ni el plumero! (9ª entrega)

Tras dedicar a este sujeto el último artículo de nuestra sección "Que se te ve el plumero" (http://husartiburcio.blogspot.com/2009/08/otero-que-se-te-ve-el-plumero-8-entrega.html) no podemos resistir la tentación de tratar, más extensamente, el proceder de este individuo a quien debiera dar verguenza pasearse por León; claro que para eso habría que tenerla y nos tememos que "el ínclito" desconoce, incluso, la grafía de dicha palabra.

A decir verdad, nuestra primera idea fue la de escribir al sujeto en cuestión una carta abierta, de esas que, en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera llegan a su destinatario; están prevenidos, y los pretorianos que les custodian se encargan de hacerlo en todos los sentidos, hasta en el de seleccionar las noticias que pueden afectarles anímicamente... No importa; el cuerpo social ya toma buena nota de ello y es lo que, en último caso, se pretende.

Sin embargo nos encontrábamos con un problema de base no pequeño: ¿cómo dirigirnos a este ciudadano? Si se hubiera tratado de un miembro de familia de alta alcurnia y no de un simple SNOB, ya la Walt Disney Company habría resuelto nuestras dudas; nos hubiéramos aprovechado de algunos celebrados epítetos de la serie “Los Osos Gummy” aplicados por Sapito a Itgorn o a la malvada bruja Lady Bane; sí, aquellos de “duquestad”, “su bajeza” o “su vileza”. Nada mejor para calificar a determinados personajes que chapotean, desde hace ya demasiado tiempo, en las cloacas del quehacer político, envileciendo cuanto tocan o arrastrando por el fango el mandato que les fuera otorgado por crédulos electores.

Lamentable espectáculo el que protagoniza este individuo con el concurso de dos auténticos palmeros mudos, acaso ciegos (“no hay peor ciego que el que no quiere ver”), pero en modo alguno mancos; ¡no vea usted cómo ponen el cazo!

¡Pero a qué grado de envilecimiento político hemos alcanzado en este León nuestro! ¡Pero qué habremos hecho para merecer este tipo de gente! A los odiosos nombres de traidores a la Región Leonesa y a sus derechos, encabezados por Martín Villa y seguidos por los de Morano, Turiel, Larrauri, de Francisco, Muñoz, etc., etc., etc., habrá que añadir, desde ahora, el no menos vergonzoso y turbador de Otero el renegado.

Y éste con mayores agravantes que muchos de sus predecesores; no solo ha vivido de lo que ahora aborrece (pero sigue cobrando espléndidamente a fin de mes...) sino que a lo largo de sus 12 años como parlamentario (lugar al que no le llevaron sus méritos leonesistas, ya que desconocía hasta el significado del término, sino el todopoderoso dedo de “Pelines”) ha venido fingiendo defenderlo; siempre a medias, hay que confesarlo, de manera harto viscosa y sin llegar a entrar siquiera en el fondo de la cuestión, en el meollo de “la reivindicación leonesa de León Región”, no fuera a molestar al "señor de las provincias"...

No es el momento de hacer, aquí y ahora, una prolija remembranza de sus afirmaciones; seguro que hasta él conserva un buen álbum de recortes de prensa. Este tipo de individuos tan pagados de sí mismos suelen hacerlo, creyendo verse justificados (y adulados) con su sola presencia en los medios, los cuales, por otro lado, les utilizan según conviene a quien, en realidad, equilibra, a base de propaganda institucional, sus cuentas de resultados. A las pruebas nos remitimos; el inconsciente y simplón Otero viene siendo utilizado, falto el patio de otras noticias, como carnaza veraniega, como serpiente estival o como simple monstruito del Lago Ness. Eso sí, con la consiguiente merma de la credibilidad leonesista, con la siempre bienvenida decepción del posible votante, con la subsiguiente ampliación del repertorio de las frases al uso... algo que, sin duda, se persigue con estas actuaciones… ¡Y van…!

Hay otra cuestión que nos hace más despreciable la actitud de este remero impenitente (e impertinente), con vocación de galeote o de “forzado de Dragut” que, al contrario que el de Góngora, no parece quejarse “al ronco son del remo y de la cadena”. Todo lo contrario, entona y pretende que entonemos a coro aquel “vivan las caenas” más propio del Antiguo Régimen y que algunos cantaban al que luego sería llamado “el rey felón”.

Felonía es también lo que vende “el remero” que pretende cometer el más despreciable de los pecados en democracia: con los votos obtenidos, presentándose bajo las siglas de un partido y con un ideario concreto, abjurar de éste y ejercer de tránsfuga, de desertor, esta vez incluso en contra de aquellos a los que dice representar. En efecto, no solo nos roba el voto, lo cual ya es en sí mismo una indignidad suprema, sino que trata de robarnos hasta la esperanza; su frase de la semana pasada es para salir por la gatera más oculta y tenebrosa de la democracia y abandonar para siempre esta Tierra Leonesa que le ha sacado del anonimato y le ha dado la mayor de las dignidades: la responsabilidad de defenderla en esta travesía del desierto. A cambio él, después de cuatro legislaturas y tras haberse forrado el riñón, ha descubierto ahora que “Si León no va a tener autonomía, no tiene sentido remar en contra. Es hora de que nos subamos todos al barco y vayamos en la misma dirección”. ¿En cuál de ellas?, ¡oh profeta de todo a cien! ¿Hacia las orillas del Pisuerga para ser todos aleccionados por el Gran Hermano? ¿Corriendo hacia el abismo en el que buscan precipitar nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro?

Mas, buscando el origen de todo, ¿dónde se produjo su caída del caballo, su revelación mística de la importancia de sentirse castellano o su nueva capacidad adivinatoria? ¿Camino de... Pucela o simplemente del banco que le paga el sueldo que nos roba impune y descaradamente cada mes? ¿Pero no existirá una manera de denunciar y perseguir estos hechos y retirar el acta de diputado, de concejal o de lo que sea a quien vende, de manera tan descarada, a sus votantes o a quien traiciona el ideario por el que fuera elegido? ¡No es posible que, en democracia, situaciones de este tenor puedan perpetuarse! ¡Ni siquiera tolerarse!

No era ésta, sin embargo, la doctrina que él mismo impartía hace algunos meses cuando buscaba, como alma en pena, nuestros votos que le permitieran seguir "llenando la saca", lo que hicimos, entre la burla de los unos y el desprecio de los más. Una simple muestra puede darnos la medida de lo que afirmamos; se trata de uno de los “encuentros digitales” de Diario de León, con fecha de 15 de mayo de 2007

http://entrevistas.diariodeleon.es/entrevista_pasada.php?ide=256

Entonces, el remero del Volga, digo del Pisuerga, afirmaba, sin perder ripio y casi sacando pecho: “Somos regionalistas leoneses muy orgullosos de ser leoneses y de defender nuestra tierra desde una posición política regionalista, que es la mejor forma de hacerlo”.

Y su opinión sobre la posibilidad de “volver a ser el Reino de León” era tan clara como que “Es legalmente posible y sencillo. Basta una ley orgánica del Parlamento español y una ley de las Cortes de Castilla y León, que así lo autoricen. A partir de ahí, la propia ley establecería el proceso de acceso a una autonomía leonesa. Nosotros, en nuestra propuesta de reforma de Estatuto propusimos una, pero hay muchas otras posibles. Vuelvo a insistir: lo que falla es voluntad política del PP y del PSOE”. O aún “la autonomía depende de la voluntad de los políticos y no de las leyes, pues no hay ninguna ley que la impida”.

Y un tercer argumento no menos convincente: “También la Constitución lo permite. No hay ninguna disculpa legal para no consultar a los leoneses. Lo que falta es voluntad política. Yo creo que porque en el PP y en el PSOE están seguros de que perderían el referéndum, lo que no entiendo es qué miedo tienen a una autonomía leonesa”.

Otra perla sobre los partidos nacionales que juegan al “falso leonesismo” y que no nos resistimos a recordar: “hacen el ridículo, porque nadie se cree que se pueda ser leonesista dos meses cada cuatro años y antileonesistas los 46 meses restantes”. Una simple preguntina debería hacerse el ciudadano este: ¿y él dónde piensa posicionarse o mejor aún, dónde cree estar situado en este mismo momento en el que su inquina personal, hacia determinadas personas de un partido que le presentó como número uno, le viene arrastrado a estos niveles de envilecimiento político en los que únicamente parecen primar ya los de “cuanto peor (para el leonesismo) mejor”? ¿Dónde queda el honor, la honra y el pudor políticos? (Claro que nos tememos que como en el caso de la vergüenza, también de estos conceptos desconoce hasta la grafía)

Incluso es ilustrativo su pensamiento sobre el panorama político leonés que debería aplicarse antes de tomar la decisión que tan largamente medita… “Hablo desde la convicción personal de que el panorama político leonés lo forman tres fuerzas políticas y a lo que históricamente ha ocurrido: los demás partidos que surgen para las elecciones no obtienen representación y desaparecen al día siguiente de la jornada electoral”. ¡Ojo, pues, caballerete...!

Claro está que cuanto más tarde deshoje su particular margarita más daño puede seguir haciendo a la causa del leonesismo, algo que también, sin duda, le habrán pedido sus amiguetes o amigotes, que de todo hay. El día que se produzca su integración en unas determinadas siglas (ya me dirán, por cierto, para qué lo quieren en el PP, una vez que deje de tener la capacidad de causar daño a León y a lo leonés) será un elemento amortizado más del que nada o muy poco se oirá hablar, o si acaso para mal...; al tiempo, que ya nos vamos conociendo.

Otra digna opinión sobre el partido que ahora denigra: “Estoy seguro de que poco a poco la UPL irá creciendo y, a medio plazo, será un partido regionalista el que gobierne las instituciones leonesas, como ocurre en las regiones de España más desarrolladas”.

Y para terminar y para que le sirva, aunque solo sea, de purga estomacal, algo que predica pero que, por lo que observamos, está muy lejos de practicar: “Después de las elecciones seguirá habiendo una única fuerza leonesista con representación en las instituciones a la que yo pido que se sumen todos los que tienen ese sentimiento leonesista”.

Nos abstenemos de seguir comentando lo que se comenta por sí solo; únicamente una frase, harto elocuente, que puede servirnos de coda a estas reflexiones hechas desde la mesura, después de todo, pero no exentas de tristeza y desolación: ¡"Así paga el diablo a quien bien le sirve"!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo confesar que yo pegué muchos carteles con la "cara" de este locutor, y hasta pagué parte de su campaña política para medrar a costa de todos los leoneses. Chapeau Húsar, has reflejado mi rabia y mi impotencia maravillosamente bien.

HúsarTiburcio dijo...

Pues ahora de lo que se trata es de que vuelva a las tinieblas de donde no debió salir y... a elegir mejor la próxima vez, querido Anónimo. Otros muchos nos hemos sentido también defraudados (por lo del fraude) y hay que encontrar, sin remedio, una salida a este estado de cosas, PERO YA; el tiempo apremia.
Gracias por leernos y opinar.