Éste es el título del artículo, de José Álvarez Guerra, que nuestro amigo José María nos envía. Una nueva denuncia (y van...). El agua de León, nuestra agua (porque piensa el Húsar que "si es de todos", en ese "todos" también estaremos incluidos los leoneses ¿o no?), emprende, como muchos de sus hijos, el camino de la emigración
No contentos con llevarse el agua del Esla para ¡hacer navegable el Pisuerga! ahora son veinte mil millones de litros los que se van para Asturias ante la pasividad de la Junta que, encantada de haberse conocido, aprovecha la más mínima oportunidad para expoliar las riquezas leonesas, sean del tipo que sea.
Si hace apenas diez días nos desayunábamos con los siguientes titulares:
Alonso apela al "acuerdo" entre Asturias y León para poner en marcha la Sama-Velilla
El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, el leonés José Antonio Alonso, asegura que hay que "conjugar" los "intereses medioambientales y económicos" de la línea.
(artículo completo en el siguiente enlace: http://www.leonoticias.com/frontend/leonoticias/Alonso-Apela-Al-acuerdo-Entre-Asturias-Y-Leon-Para-Poner-E-vn39314-vst218)
No entiende el Húsar cómo pueden mostrar tanto desprecio por las más de 25.000 alegaciones que, a día de hoy, siguen sin contestar y cómo no se les cae la cara de vergüenza ante tamaña cacicada, claro que para eso sería preciso que la tuvieran.
Pero volvamos al agua, ya que nos encontramos con que, nuestros vecinos del norte, no contentos con querer destrozar nuestra montaña, sin importarles un ápice los puestos de trabajo que se destruirán a este lado del cordal (no olvidemos ni el turismo "de calidad", ni el "de mochila y bajo presupuesto" se acercarán por unas montañas trufadas de torres eléctricas más altas que la Pulchra leonina) además se aprovechan del agua de nuestros ríos sin dar explicaciones a nadie ni superar ningún estudio de impacto ambiental.
Cuando en todo el mundo sin excepción se admite que las guerras del siglo XXI serán "guerras por el agua", ya que ésta cada vez escasea más, los leoneses, generosos cual quijotes, seguimos dejando que nos la lleven sin prestar atención ni a nuestras necesidades ni a los daños ecológicos que estas situaciones puedan producir.
En cuanto a la pregunta que se hace José Álvarez Guerra sobre Medio Ambiente, un comentario jocoso ¡Mira que tenemos mala suerte, siempre nos toca a los leoneses el "Medio" Ambiente que carece de protección!
Así que os dejamos a continuación el anunciado artículo en el que, como es habitual, las negrillas son del Húsar
Sabíamos, pues no era ningún secreto, que el túnel del AVE con Asturias servía para llevar pasajeros de acá para allá y de allá para acá. Lo que no sabíamos, ¡oh polivalencia de las modernas tecnologías!, que, cual drenaje gigantesco, servía para mandar agua, y en qué cantidades, de acá, y solamente de acá, para allá.
Ahora resulta que veinte mil millones de litros, una minucia, dejándola caer, se van al Huerna, al lado de allá, caminito de Mieres. ¿Y nuestro pobrecito Bernesga? Porque es que uno lo ve, así, cuitadín en sus aguas, reseco habitualmente y, la verdad, se te caen los palos del sombrajo. Porque es que esas aguas, todas esas aguas, amén de quitárselas a los acuíferos de La Pola de Gordón y alrededores, son aguas del Bernesga. Encima de burros, apaleados.
Toda España defiende que su agua es suya, y que eso de mandar del Tajo al Segura se tiene que acabar, que del Ebro para Valencia y Murcia, ni hablar del peluquín, que el agua es de aquí, y aquí se queda.
O es que por aquí debemos de ser de otra pasta.
Y es que, como muchas otras veces he escrito, “mí, no entender”.
Puedo entender, sin compartir, desde luego, que por puras razones económicas el Adif mire para otro lado ecológico y deje caer el agua para Asturias porque lo contrario es muy costoso y de por vida, pues a él le correspondería el bombeo para reponer las aguas a su cauce natural.
Puedo entender, sin compartir, que la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, a la que se le regalan las aguas, y ya que a nadie le amarga un dulce, diga que no tiene constancia del hecho.
Pero no puedo entender que la Confederación Hidrográfica del Duero, tan celosa de sus cometidos cuando te acercas a cualquier agua de su incumbencia, diga no saber nada de veinte mil millones de litros, una cantidad que cubriría el consumo de prácticamente la totalidad de los núcleos urbanos de la provincia, que deja sin agua a los pueblos de la zona y a saber qué daño ecológico genera.
Eso sin contar con que soterradamente, y nunca mejor dicho, se está haciendo un trasvase de cuencas, algo que en todo caso requiere un procedimiento administrativo delicado, largo y complejo, equivalente nada menos que a dos tercios del trasvase Tajo-Segura, así, sin rechistar.
Vamos, que no.
¿Y Medio Ambiente? Al parecer, desaparecido en combate.
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