¿Castellanos? NO, GRACIAS

Nuestro collaciu Manolo de Zamora nos envía el siguiente correo que no creemos precisa más comentarios y también nos envía una contestación a la tal Marichu que os ilustramos con una foto tomada, hace unos meses, en Zamora:

Os envio estos videos de Zamora en la sexta, que merecen la pena verlos por nuestra ciudad, salvo por un detalle, en el primero minuto (7, 20) Marichu de la SER suelta que "los zamoranos tenemos fama de rancios, de secos como todos los castellanos". Ella sí que tiene pinta de rancia, ¿se lo decimos?







Estimada Maruchi:

No se quien es usted, pero me dicen que es locutora o periodista o algo así. No tengo el gusto por ver televisión ni escuchar la radio. Haciendo excepción de los escasos programas que me interesan y que cada día son menos.

Yo soy leonesa, nieta de Zamoranos por parte materna y me han comentado que usted tilda a los zamoranos de rancios y secos como todos los castellanos.

No sé cual fue su intención al decirlo, pero no me gusta esta frase. Me voy a explicar con ayuda del diccionario de la RAE. Por si no sabe lo que estas siglas significan, le diré que es la Real Academia ESPAÑOLA DE LA LENGUA.

Rancio: (comestible) que con el tiempo adquiere sabor y olor más fuerte, mejorándose o estropeandose.

Muy antiguo o apegado a ello (ejem. rancio abolengo)

(persona) que resulta poco simpático o de caracter adusto.

Lo de seco está más fácil: Sinónimos: agostado, ´marchito, muerto, árido, esteril, áspero, desabrido, adusto, flaco, delgado, enjuto.

Espero que se vaya aclarando: Falta lo de castellanos. Zamora no es Castilla, señora. Una buena periodista debe estar bien informada.

Nos importa un bledo como sean los castellanos. Así que puede usted llamarles como quiera porque a los zamoranos no les incumbe.

No voy a decir de usted si es rancia o seca, me da igual. Pero permítame una pregunta ¿no será usted castellana?. Así se explica todo.

Para finalizar Doña Maruchi, no ofende quien quiere sino quien puede. Lo que no nos gusta es que nos traten de lo que no somos.

Con Dios, señora.

MARIA ROSARIO