No caerá el Húsar en el atrevimiento de apostillar nada a cuanto dice Fonso pero no puede dejar pasar en esta introducción el comentario a que se refiere en el primer párrafo de la citada tribuna
¿Cómo es posible que, en el siglo XXI, se sigan despachando asuntos de tanta importancia y trascendencia, sea la desaparición de un pantano, la retirada de las DOTs, la pretendida usurpación de la estación de esquí y sus beneficios por la región vecina, la negativa a la construcción de la Sama-Velilla, las peticiones de diversos hospitales comarcales (Ciudad Rodrigo, Benavente, La Bañeza-Astorga), la reapertura del FFCC Vía de la Plata, las diversas infraestructuras (siempre reclamadas y prometidas pero siempre pospuestas) o la reivindicación de la autonomía leonesa con un "es irreversible" o "se perdió la oportunidad"?
No puede negar el Húsar que estos comentarios le retrotraen (como tantas veces ha comentado) a aquellas épocas en que todo estaba "atado y bien atado" aunque, como luego se demostró, ni estaba bien, ni estaba atado y esa ilusión solo se hallaba en la mente del dictador.
Este escrito, hecho desde el corazón de un riañés que anduvo por los tejados, es uno de esos, raros, en los que el Húsar no pone negrillas porque todo él las merece.
Nuestro apoyo a nuestros amigos de la Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño y una última reflexión: ¿Por qué si es tan irreversible el pantano, por qué si solo somos "cuatro locos", fueron expulsados tres miembros de dicha Plataforma de la Jornada sobre las Grandes Presas que se celebró en Valladolid el pasado día 15 de Junio? (http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=534649)
¿Tanto miedo nos tienen? ¿Tan poco seguros están que tienen que recurrir a esos métodos? Como ya es sabido, cuando no se tiene la fuerza de la razón se recurre a la razón de la fuerza y eso es lo que, evidentemente, hizo la CHD el pasado día 15 en Valladolid.
Así que desde aquí nos unimos al "grito de guerra" de la Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño:
¡TARDE O TEMPRANO! ¡¡¡VACIAREMOS EL PANTANO!!!.
No cabe en cabeza humana en estos días que vivimos un planteamiento semejante a juzgar por las reacciones y opiniones reinantes que han aparecido últimamente en la prensa leonesa. “El pantano es irreversible” dice alguien en una entrevista del periodista Fulgencio Fernández que plantea la pregunta: ¿Crees que es lógico vaciar el pantano de Riaño?...
Queda claro que muy pocos se lo creen de verdad y es lógico, eso sí es lógico. Lo que no lo es tanto, es no ser capaces de apreciar la esencia del problema, la verdad, dejándolo pasar por alto como si de nada importante se tratara. Es t an fácil como ver que el agua fluye,es la mentira y el cojo, es lo evidente. Tan evidente como el renacer de un Valle si las aguas vuelven a su cauce y no hay que ser biólogo para saberlo. Es evidente como la vida misma, que el valle de Riaño es auto reversible, un tesoro enterrado que no somos capaces valorar a pesar de haberlo vivido.
Suponemos que ese alguien hablaría de lo irreversible en aspectos más mundanos. Lo irreversible son, en realidad, las mentalidades de esta sociedad por no ser capaz de remediarse a sí misma a pesar de las circunstancias apremiantes, plantearse profundas soluciones como recuperar el Valle de Riaño, una manera justa de mirar al futuro, una apuesta por la moderación, por lo de siempre y, a la vez, diferente a lo que se lleva realizando desde hace décadas en Pro de un falso y desmedido progreso que ha supuesto la ruina y destrucción de nuestra otrora, próspera comarca. Y lo que es peor, que continúa ahora con el “Padre Nuestro” de la Montaña: San Glorio.
Recuperar el Valle de Riaño, lejos de ser irreversible, es una gran necesidad.
La losa inerte del pantano es enorme y su capacidad de disuasión también. Mantiene anuladas las voluntades de incluso aquellos que lucharon contra él hace 25 años y, por supuesto, de la gran mayoría de los que viven o no en la comarca, sobre todo de los que tienen el agua fangosa a sus pies, como son los ganaderos que cruzan con sus zodiaks el embalse para atender su “ganao”. “El pantano es lo normal” porque es real y lógicamente lo aceptamos, lo malo es que lo hacemos hasta el punto de renunciar a todo atisbo de lo que somos.
“El pantano es Dios” y hoy, en este escenario esperpéntico, San Glorio es su mensajero. Enviado por los mismos que dieron comienzo a todo este surrealismo ambiental, y al que seguimos escuchando y rezando en la “iglesia del pelotazo”, esperando que algún día, de nuevo, nos traiga el maná a la montaña. El día que llegue ese maná, ya no habrá nada por qué rezar, solo a los difuntos.
Nosotros, un grupo de ilusos, convencidos de serlo, hundidos en el fango hasta las rodillas mientras sacamos “calderaos” del pantano, como quien predica en el desierto nos atrevemos decir: “San Glorio que estás en los cielos, por favor, quédate en ellos”.
Alguien llamada Camino escribió hace unos días en el libro de visitas del Museo de Riaño: “Cuando no se va a ninguna parte, un buen comienzo, es volver a empezar”.
Gracias y calderos para todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario