Con el fin de servir e informar aún más y mejor a nuestros fieles lectores, inauguramos una nueva sección que titularemos "Documentos Históricos". Es importante, entendemos nosotros, mantener viva la memoria sobre lo acontecido y bien repleto el zurrón del recuerdo. En efecto, en algunas ocasiones, ligeras de equipaje dialéctivo, determinadas personas se permiten opiniones nada o muy poco fundadas; para ellas van también estos recordatorios. Pero, por otro lado, siempre hemos mantenido la tesis de que no sirve solo aquello de "sentirse leonés"; es evidente que se necesita asentar este sentimiento sobre bases argumentalmente sólidas, de manera especial si nos hemos de enfrentar con aquellos recalcitrantes que repiten tópicos de campanarios castellanoleoneses, tocados al compas de otros tantos cheques bien repletos de númerales. Como es bien conocido, seguimos invocando aquello de que "la verdad os hará libres" y a ello vamos.
Recogemos, en esta ocasión, una "Carta abierta a su Majestad el Rey Don Juan Carlos I, con ocasión de su anunciada visita a León (17-X-1984)" y elaborada por el PREPAL.Han pasado 23 años desde entonces y los leoneses seguimos reclamando nuestro derecho a la autonomía y al reconocimiento de nuestra lengua y nuestra cultura, en definitiva de nuestra identidad. Seguimos clamando en el desierto pero... no hay mal que 100 años dure y conseguiremos nuestro objetivo porque es justo y porque ¡¡¡ES NUESTRO DERECHO!!!
"Con el derecho que nos otorga el que nuestro león rampante ocupa todavía la cuarta parte del escudo constitucional, deseamos hacer llegar a Vuestra Majestad las inquietudes del noble y esforzado pueblo leonés.
MAJESTAD: En su primer mensaje (22-Nov.-1975), manifestábais expresamente que "La Patria es una empresa colectiva que a todos compete y su fortaleza y grandeza deben apoyarse, por ello, en la voluntad manifiesta de cuantos la integramos".
Como V.M. conoce, LEÓN, cuna de España y de Reyes, cabeza de su Reino, hacedor de las primeras Cortes democráticas de Europa (1188), integrante de una región claramente diferenciada de Castilla, lo que corrobora además, hasta el presente, el Real Decreto de 30 de Noviembre de 1833, ha visto con sorpresa e indignación el verse privado del secular ejercicio de su propia identidad a pesar de su voluntad manifesta del 4 de Mayo último, caso gravemente anómalo en la configuración del actual mapa autonómico, lo que denota improvisación y precipitación políticas que han tratado de cambiar la realidad regional que sigue siendo España y la falta del respeto obligado a su propia historia.
Así mismo, manifestábais en el mismo mensaje que "un orden justo, igual para todos, permite reconocer, dentro de la unidad del Reino y del Estado, las peculiaridades regionales, como expresión de la diversidad de pueblos que constituyen la sagrada realidad de España. El Rey quiere serlo de todos a un tiempo y de cada uno en su cultura, en su historia y en su tradición".
También ahora nos hemos visto sorprendidos y defraudados, recientemente, ante el incumplimiento del espíritu que entendemos anima sus citadas reales palabras por los profesionales de la política e intérpretes de la Constitución hoy vigente, ignorando y despreciando la voluntad popular leonesa.
Posteriormente, este pueblo de León, que se os entregó confiado y sin reservas en vuestra visita institucional (5 de Ocubre de 1978), por boca de su Alcalde, que ante V.M. manifestó: "Señor: desde los tiempos de la Reconquista, los leoneses hemos luchado por la unidad de la Patria, lo que demuestra nuestro espíritu integrador, que no obsta para que... le manifestemos nuestros deseos de AUTONOMÍA, en paridad con las demás regiones".
El pueblo de León, a pesar de todo lo expresado, se siente marginado y sin el trato igualitario reconocido a regiones diferenciadas y no entiende se pueda perdurar en este craso error de nuestra historia reciente y democrática.
De una historia milenaria hemos heredado un nombre (LEONESES) que con orgullo hemos mantenido durante el reinado de S.M. Alfonso XIII, su abuelo, y desearíamos seguir manteniendo sin añadidos ni unciones de ningún tipo. No vamos a renunciar. Nos asiste el sagrado legado de ejercer de leoneses en nuestra propia tierra. Lamentamos que durante el reinado de S.M. se pretenda poner en trance nuestro origen e identidad, intercalando, entre LEÓN y ESPAÑA otro nombre falseado.
Nos sentimos con el derecho irrenunciable a transmitir a nuestros descendientes, y a vivir nosotros mismos, el orgullo de ser leoneses y españoles, como siempre.
Los gobiernos pasan, pero los pueblos permanecen.
SU MAJESTAD, a su mejor servicio."
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