Lee el Húsar, en el libro de Afrodisio Ferrero "Cien leoneses y el porvenir de León", que D. Antonio Viñayo, Abad Emérito de San Isidoro, pide el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad para lo que él llama «las cinco joyas de León», (además de la Basílica en la que duerme el alma de los reyes legionenses, la Catedral, San Marcos, el palacio de Botines y las murallas de la capital). No es, por cierto, la primera vez que D. Antonio se manifesta de ese modo...
Y esta lectura trae a la memoria del Húsar aquella foto que cientos de leoneses se hicieron ante la Pulchra durante las fiestas de San Juan de 2004 para pedir que la Catedral de Santa María de Regla fuera declarada Patrimonio de la Humanidad.
¿Recordáis, queridos amigos, la suerte que corrió aquella petición de los vecinos de la ciudad de León, abanderada por la corporación municipal? Pues muy sencillo, ¡dormir el sueño de los justos! (o de lo injusto), porque no mereció el preceptivo apoyo de la Junta de esto, eso y aquello (¡que raro! ¿verdad? ellos siempre tan sensibles a los deseos y sentimientos de los leoneses).
El argumento mágico, digno del mejor sofista, fue que «todo» el Camino de Santiago y los monumentos en él situados «ya son Patrimonio de la Humanidad»; hasta puede que la casa de mi tía la del pueblo, que también está el Camino, aunque cabría aún discutir sobre la anchura del mismo...
Y aquí llega, una vez más, el agravio comparativo (seguro que no el último mientras sigamos en este engendro), pues la catedral de Burgos (que, al parecer, mientras no se demuestre lo contrario, también está en el Camino) fue declarada, sin ningún problema, Patrimonio de la Humanidad...
¿Tendrá algo que ver el hecho de que los expedientes para alcanzar dicha declaración "de pedigree" los tramita la Junta y que Burgos es Castilla mientras León, mal que les pese y a pesar de todos sus esfuerzos por eliminarnos del mapa, sigue siendo León? ¿Y así pretenden "coser la comunidad"? ¡Ni a martillazos...!
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