Estamos asistiendo, una vez más, a una nueva ceremonia de la confusión, un aquelarre de afirmación, o mejor, de desafirmación leonesista a cuenta, esta vez, de una enciclopedia en leonés, de un concejal “descuidado”, de unos “ciudadanos” celosos de una ortodoxia que, sin embargo, no es invocada para todos por igual, de un fariseísmo que da nauseas, de un indudable ajuste de cuentas, de una verdadera caza de brujas, de un “aquí me tienes, señor; manda que yo te obedezco” (pero que me caiga la subvención), de un apartar a quien puede quitarnos el sol (de un puestín, un sueldín y un carguín), de una patada al avispero leonesista, de un puñetazo sobre la mesa de la opinión pública por parte de los que la dirigen, de, de, de…
Aseguro que a nosotros no nos van a desviar de nuestros objetivos, aunque llueva, nieve o truene; ya contábamos con ello y la experiencia en mil batallas (desde los sitios de Astorga… ya ha granizado) nos ha hecho criar espolones hasta en el cogote. ¿Pero qué os pensáis algunos? ¿Que por expresar una opinión libre, sin ataduras y sin complejos, alguien nos iba a “acongojar” entrando en este blog, en este “rincón de libertad”, al amparo cobardón y rastrero de una careta de “anónimo”, tratando de enfangar nuestra trayectoria con insultos? ¡Ya te conozco, bacalao!
Y como no ofende quien quiere sino quien puede y las serpientes, aunque traten de ponerse en pie no nos llegan ni hasta la rodilla, seguiremos gritando y escupiendo al rostro de algunos las verdades que no quieren oír, los hechos que pretenden ocultar y las actuaciones que tratan de encubrir, en ejercicio redomado de cinismo y bajo la capa de una impoluta democracia. ¿Qué sabéis de eso? El nombre se os perdió, incluso, hace ya mucho tiempo, entre los pliegues de vuestra maldad, de vuestra inquina, de vuestra envidia, de vuestra vileza, de vuestra mezquindad, de vuestra ignominia, de vuestra falsedad y de vuestra hipocresía.
“Hijo, llámaselo antes de que te lo llamen”; ese es, por lo que parece, la divisa de vuestro escudo de fijosdalgo, de gente de pura raza (¿aria?) y de exhibicionistas de verdades universales. Por eso os decimos a quienes intentéis profanar este blog con vuestros exabruptos acostumbrados, con vuestros insultos de auténticos NAZIS (vosotros sí), con vuestras ya tradicionales injurias y con vuestras habituales provocaciones, que aquí no conseguiréis mordernos ni el zancajo ni hacernos perder el más mínimo tiempo. ¡No os lo merecéis, majetes! Tenemos la posibilidad de “moderar” vuestros comentarios, ya que no sabéis ser moderados por iniciativa propia, y, en último extremo serán pruebas (algún día meteréis la pata y ahí os esperaremos) a presentar delante de un juez, no lo dudéis.
Si vosotros tenéis tiempo (por lo que parece, puesto que no paráis de intervenir en todo tipo de comentarios), nosotros tenemos paciencia… infinita.
Y, como alguien dijo una vez, ahora vas y lo cascas.
2 comentarios:
Puede decirse más alto, no más claro pero, Húsar ¿realmente crees que esos "sepulcros blanqueados" van a recapacitar?
Ya sabes aquello de "que hablen de mí, aunque sea mal" parece que esa es su divisa y su única razón de ser. Pero... "arrierines somos y... en el camín nos encontraremos".
Como no señalamos a nadie, el que se dé por aludido ya conoce el refrán: "el que se pica ajos come", y, a partir de ahí, es su problema. ¿Que quieren recapacitar y cambian de actitud? Pues vale, en la trinchera nos encontraremos, porque algunos sí que tenemos claro dónde se encuentra en enemigo, y, por otro lado "arrepentidos los quiere Dios". ¿Que van a seguir en sus trece? Pues será su problema, ya que no hay peor compañera que la propia conciencia cuando se tiene sucia. ¡Qué mal se debe dormir!
Ah... y gracias por los halagos.
Publicar un comentario