martes, diciembre 29, 2009

Carta de un súbdito de la colonia leonesa

Bajo este título, el collaciu Mario Lozano, Licenciado en Historia, publica en www.leonoticias.com y en ZamoraDigital.net, obviamente para otros medios este asunto no tiene interés, una carta de la que no podemos dejar de hacernos eco.

Como gusta decir el Húsar, "las cosas se pueden decir más alto, pero no más claro". Sin embargo queremos llamar la atención de todos sobre el razonamiento "de libro" en que se demuestra, palpablemente, lo que en tantas ocasiones hemos comentado. Nos tratan como a una colonia y explotan nuestros recursos, manipulan nuestra historia y niegan nuestra cultura como siempre hicieron los colonizadores con los colonizados.

Y con la conocida advertencia de que las negrillas son del Húsar, os dejamos la carta de Mario:


A muchos ciudadanos nos han llamado la atención las palabras del alcalde de Valladolid, León de la Riva, pidiendo que PP y PSOE “pongan orden” en León, sobre todo a raíz de las declaraciones de Francisco Fernández en las que afirmaba que votaría “Sí” en caso de celebrarse un referéndum sobre la autonomía leonesa.

Cuando leí esto me indigné bastante, lo reconozco. Nunca me había sentido tan a disgusto con el actual marco autonómico como con esta nueva sarta de bravuconadas del alcalde vallisoletano, en las que se deja notar un mensaje claro: “León es una colonia de Valladolid”.

Sí, sí, he dicho colonia. Como el Sudán Francés o la Conchinchina en sus buenos tiempos. León es, junto con las otras siete provincias que nos acompañan en este calvario autonómico, una colonia de Pucela.

Para quienes no estén muy puestos en historia, he aquí un cursillo rápido y gratis sobre el colonialismo. Los intereses de los leoneses (colonia) deben estar completamente supeditados a lo que se disponga desde Valladolid (metrópoli), quien a su vez dispondrá de los recursos del colonizado (en el caso leonés su riqueza patrimonial, natural, hídrica y energética) para su propio provecho y crecimiento.

Huelga decir que cuando hablo de Valladolid me refiero de la junta de Castilla y León y a su amado Cid redivivo, el alcalde De la Riva. Me lo imagino leyendo historias de las Glorias Imperiales de los Austrias en su despacho, y estableciendo paralelismos entre los araucanos y esos molestos leoneses de la esquina noroeste.

Pero no me quiero ir por las ramas, Valladolid hace lo que toda potencia colonial de libro debe hacer: esquilmar los recursos de la colonia al mínimo coste posible. Es decir, sacar todo lo que se pueda de ella pero sin invertir en infraestructuras, desarrollo, etc. De ahí que tengamos el caso de que ambas provincias, teniendo una población aproximada de 500.000 habitantes, mientras en Valladolid hay cuatro unidades de cirugía pediátrica, en León se están pensando en implantar la primera.

Esto no sé si será por la proverbial buena salud leonesa, pero mientras tanto espero que nuestros hijos no enfermen mucho.

Otro ejemplo de colonialismo lo tenemos en las DOTS. Nuevamente Pucela decide jugar a la Madre Patria al más puro estilo Conferencia de Berlín de 1885. En dicha reunión de gerifaltes se repartió África entre varios países europeos, siempre sin contar con la opinión de los africanos. En la montaña Leonesa no se va a optar por usar la escuadra y el cartabón que los antedichos usaron para dividir África (el que no me crea que consulte un Atlas), sino que se van a juntar dos montañas, la palentina y la leonesa, para que desde Guardo se gestionen los recursos leoneses y se haga lo que desde Valladolid se ordene. No puedo evitar hacer paralelismos del tipo Guardo-Valladolid, Leopoldville (capital del Congo Belga) -Bruselas o Maputo-Lisboa.

Como en toda sociedad colonial, existen también nativos que colaboran con el poder. En la India, por poner un ejemplo, eran los cipayos; en Eritrea los askari. En León no tienen nombre, pero al igual que los otros también se pelean por las sobras del banquete colonial. Si es que cumplimos todos los requisitos.

Como buena potencia colonial, Valladolid incurre en los mismos errores en que cayeron potencias como Francia o Inglaterra. Los franceses llegaron a Madagascar (valdría cualquier otra colonia) e intentaron adoctrinar a los malgaches en las escuelas diciéndoles que ellos eran franceses, y que los orígenes de los buenos franceses estaban en los galos. No coló. Los vallisoletanos enviaron a sus esbirros a enseñar a los leoneses que eran castellanos, y que eso del reino de León eran cuentos de viejas. Tampoco coló.

No se debe olvidar tampoco lo hartos que quedaron muchas veces los colonizados. Acabaron cansándose de que los explotasen vilmente y de que su cultura fuese ninguneada. Espero que también en León nos cansemos pronto.

En fin, sólo me queda esperar como buen súbdito colonial que cuando “pongan orden” no vengan a mi casa para llevarme a una plantación vestido únicamente con un taparrabos (clásica imagen del africano que todo europeo colonialista tiene en su retina). Aún y todo, iré practicando: “SÍ BWANA”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo no pienso practicar el sí, bowana. Estoy con el SÍNDROME: ESTO ES EL COLMO.
Fuera de bromas, creo que hay bastante gente que ha desarrollado el SINDROME DE ESTOCOLMO que piensa que los que protestamos ante tanto servilismo y falta de dignidad, somos los malos de la peli.