jueves, octubre 04, 2007

Habló el buey y dijo... MUUUU (4ª entrega) o El profesor Herrera y su lección magistral de gramática ¿parda?

Hoy nuestro buey particular, quizá contagiado por el boato del reciente acto de apertura del año académico universitario, se nos ha puesto el traje al completo (toga, muceta, puñetas y birrete), se ha agarrado al atril de su atrevimiento y nos ha soltado una clase "magistral" que ríase usted de Fray Luis de León...

¡Nunca adivinarían ustedes sobre qué excelsísimos nimbos del saber planeaba nuestro bien amado Presidente de la cosa esta! Imbuido, como estaba, de ciencia infusa (para eso es político y además de los de "alante"), rodeado de ese aura que le es tan característica y, esta vez, al parecer, sin utilizar su tradicional tono malhumorado y regañón, atreviose el individuo a dictar doctrina en materia filológica.

¿Y sobre qué disertó? se preguntarán ustedes, un tanto confundidos. De algo tan poco baladí como de los valores de la conjunción copulativa "y", a la que, por cierto, hace ya algunos años dedicó todo un artículo de Tribuna, nuestro "admirado y nunca bien ponderado" don Turiel. Se titulaba: "la importancia de una Y". ¡Cuánto cinismo acumula nuestra inmerecida clase política! A poco que se esfuercen, alguien terminará recordándoles aquello tan atinado de "sepulcros blanqueados..."

Pero, cerremos el paréntesis y vayamos a los hechos; estas fueron las doctísimas opiniones del improvisado conferenciante, capaces de hacer palidecer a cualquier académico que se precie y a todas las escuelas que, en materia lingüística, en el mundo han sido. Mas, como no queremos que permanezcan en la ignorancia de tan excelsas elucubraciones, copiamos aquí (de La Crónica-El Mundo, nosotros sí acostumbramos a revelar las fuentes) alguna de sus frases más señaladas y, sin lugar a duda, más celebradas:

"Recordó que esa conjunción «no establece ningún tipo de preferencias» ni de preeminencias entre los que denominó «dos reinos históricos», y añadió que tampoco «se compadece con otro tipo de conjunciones como son las adversativas, disyuntivas, dubitativas y subordinantes».

¡Sublime!, como ven; para llorar de emoción... ya les prevenía yo. Aunque su galimatías no sea comprensible por mentes normales, como las nuestras. Es muy probable que debamos exclamar, como antaño, en nuestros pueblos: "¡qué bien habla éste; no se le entiende nada!". Sin embargo, no deja de tener su importancia que este "excelso conferenciante" se haya permitido la humorada de inventar nuevos "tipos" de conjunciones. ¡Y nuestros gramáticos sin saberlo...!


Pero, "no se vayan todavía, aún hay más", que diría otro excelso pajarraco. El hombre este, buscando apoyos para sus tesis, "remitió (¡nada menos!) al diccionario de la Real Academia de la Lengua el interés del procurador de la UPL Joaquín Otero".

Para tranquilidad de todos ustedes, transcribimos, a continuación, algunas de las explicaciones del citado diccionario, con lo que podrán, fácilmente, colegir que el don Juan ese ni sabe lo que dice el diccionario ni ha tenido nunca intención de examinarlo. ¿Lo habrá visto, siquiera, por el forro? ¿Sabrá que ya se puede consultar en internet? ¿Necesitará, acaso, que le citemos una breve definición que podría encontrar en cualquier libro de primaria? No lo haremos; sería demasiado fácil, y puesto que decidimos suspenderle, una vez más, le remitiremos a que rellene, como castigo, los libros de verano que, en materia de Lengua Española, editan los de SM, Santillana o aquellos que él elija, no vamos a ser puntillosos hasta ese extremo.


Pero ¿y que dice el diccionario de la RAE? Veamos: "Y"

1. conj. copulat. U. para unir palabras o cláusulas en concepto afirmativo.

2. conj. copulat. U. para formar grupos de dos o más palabras entre los cuales no se expresa.

3. conj. copulat. U. a principio de período o cláusula sin enlace con vocablo o frase anterior, para dar énfasis o fuerza de expresión a lo que se dice.

4. conj. copulat. Denota idea de repetición indefinida, precedida y seguida por una misma palabra.

¿A cuál de las acepciones se refería nuestro" admirado (y nunca bien ponderado) gramático"?


Eso sí, utilizando una vez más el regate corto, representado por el eterno dicho aquel de:

"¿De donde vienes?" - "Manzanas traigo",

el ínclito personaje, haciendo gala de ignorar la realidad de la desazón leonesa, volvió a sacar a relucir eso del presente, del futuro y de las cosas que más preocupan a "sus administrados"; en efecto "El presidente de la Junta lamentó que las preocupaciones de Otero se centraran en asuntos gramaticales y expresó sus dudas de que también sea la principal inquietud de los votantes de la UPL frente a otros problemas como la sanidad, la educación y los servicios sociales". ¡Este tio no tiene arreglo, la verdad!

¡Cuándo nos daremos cuenta de que no hay problema más importante que la existencia! Tal es así que, si los leoneses no existimos, ¿para qué y para quién debemos hablar de sanidad, educación o servicios sociales? ¿Qué diablos puede importarnos, entonces, esta discusión? Y, por cierto, ¿cuándo les daremos con el voto en las narices y echaremos a toda esta camada de vividores a pudrirse "en las tinieblas exteriores" de esos cómodos despachos donde sientan sus reales posaderas?

Más, como hoy va de clase el comentario, terminaremos con un latinajo, esperamos que aún para especímenes como estos, sobradamente conocido: "primum vivere, deinde filosofare"... Y un consejo "de gratis": mejor es no ir por lana, así no se corre el peligro de salir trasquilado...

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