viernes, octubre 19, 2007

Otra que no se entera o el "virus castellufus" ataca de nuevo

Algo debe flotar en el aire, en esta vuelta a la actividad política del coso legionense. ¿Un virus, quizá? Si así fuera, sería un virus altamente especializado, pues, inmisericorde, ataca, únicamente, las neuronas de nuestros ¿dignos? representantes, desprevenidas ellas, por lo que se constata, tras largo período vacacional y vagático.

No recuperados aún de la “espantada” del “vocacionalmente alcalde”, Sr. Amilivia, y sin tiempo aún para dedicarle una columna “laudatoria” por sus servicios a la causa, nos hemos deleitado con los solos desafinados del tenor Oteruso que nunca ha estado tan cantarín a pesar de su reiterado “no querer opinar” o con el “cacao maravillao” de nuestro actual regidor. Sin embargo esto no es más que una constatación de la teoría arriba esbozada, ya que lo que hoy merece nuestro comentario son las manifestaciones de la nueva y flamante portavoz municipal del PP (ver D. de León, 13/10/07)

Ana Guada, al parecer, tampoco se ha librado del contagio de este virus que podríamos denominar “revoltijus castellufus-legionensis”. La sintomatología es clara por el embrollo de las ideas traducidas a frases sin demasiado sentido y por más incoherentes, sobre todo en lo referente a nuestra invertebrada Comunidad.

Si bien nos previene (la arriba mencionada) de que “para hacer oposición (…) hay que ser sensatos y demostrar también que tenemos iniciativa” (…), pero, sobre todo, “no es partidaria de los ataques personales”, lo cierto es que no parece haber encontrado aún el buen camino por el que transitar, conforme a sus propios asertos. En cuanto el entrevistador le muestra la muleta, embiste, no sólo con los ojos, sino, quizá, con la mente cerrada, contra “el pacto (segregacionista) de gobernabilidad” y más en concreto contra el Vicealcalde, Sr. Chamorro al que, no más allá de 4 meses, sus compañeros idolatraban y a quien hacían proposiciones un tanto deshonestas para compartir mesa, mantel y cama redonda… O presumimos, por sus manifestaciones actuales, que no se entera, lo cual es grave para un portavoz, o debemos entender mala voluntad manifiesta, lo que viene a ser aún peor.

Ahora bien, cuando el terrible virus “castellufus” está en su punto de máxima virulencia es cuando trata de explicar y justificar que “Herrera siempre ha sido sensible con esta provincia” ¡No me hagan reír que se me abre la raja… del labio!, como decía la señora Manuela de mi pueblo.

Léanlo dos veces; a la primera puede que su desconocimiento (el de ella) de la sindéresis les perturbe en exceso… “Estamos en una comunidad muy grande y tenemos que luchar para que León gane peso. León está muy bien tratado en los presupuestos autonómicos…”

Vayamos por partes porque, de otro modo, no terminaríamos nunca. La “grandeza” de la dichosa Comunidad sirve lo mismo para un roto que para un descosido. Unas veces sacamos pecho por que la misma es “la más grande de Europa” y otras nos escudamos en el argumento para disculpar carencias en materias tan elementales como la sanidad, la educación, las infraestructuras, etc., etc. Si no hubiéramos expresado en más de mil ocasiones el absurdo de la creación de esta macro-mega- cosa, más autonosuya que autononuestra, sería el momento de gritárselo a la cara hasta desgañitar; ¡pero es esto lo que nos vendían como descentralización y café para todos!

Siempre queda muy molón y cuasi progresista eso de “tenemos que luchar”; pero ¿se conoce siquiera el sentido de la frasecita? ¿Han dado alguna vez algún paso en ese sentido? ¿Entenderán por “luchar” ponerse guapos y salir en una foto para repetir las mismas incoherencias y las mismas absurdeces de casi siempre? Hojarasca, palabrería vana, cháchara sin sentido, parloteo insulso y palabras escritas en el agua. Pero, y después de todo, ¿qué diablos quiere decir eso de que “León gane peso”? ¿No habíamos quedado en que había, incluso por salud, que ponerse a dieta? ¿No hubo hasta uno de los suyos que se declaró en huelga de hambre? Y, por otro lado, ¿para qué “luchar” ni “ganar peso”, si “León está muy bien tratada”? ¡Una vez más constatamos que estos leonesistas están hechos unos elementos incorregibles, insaciables e insolidarios!


¿Cuándo se darán cuenta de que están los primeros en la ratio médico/enfermos, en la creación de puestos de trabajo, en la protección a los agricultores, en el respeto por el medioambiente, en el reparto del agua embalsada, en el porcentaje de hectareas de cultivo de remolacha, en las inversiones para la restauración de monumentos, en el apoyo al desarrollo del aeropuerto, etc., etc., incluso hasta en el reparto de las plazas del Imserso? ¡Unos mostrencos, la verdad!

El virus, al parecer, no le impidió una, probablemente, involuntaria traición del subconsciente cuando esta inefable portavoz afirma que “nosotros siempre hemos tenido una posición muy clara”, refiriéndose a la defensa de los intereses de los leoneses. Mejor no comentar, porque, de otro modo, remitiríamos a las hemerotecas, las mociones, las manifestaciones, las veleidades leonesistas de esos “nosotros” y podríamos sacarle los colores; se lo pondremos como deberes “para casa” y así se enterará de algo esta señora que vive de la política desde hace ya varios años. Mas, ¿para qué aprender, si piensa “poner punto y final a su carrera política, vinculada siempre a la figura de su maestro Mario Amilivia”?

Después de lo dicho, ¿qué nos quedaría por señalar si comentáramos otra de sus perlas? Lean y juzguen ustedes mismos: “Lo que tenemos que intentar es recuperar la ilusión de los leoneses por lo que es el proyecto popular”. Desde el punto de vista de la sintaxis, una “delicia”; políticamente, un desatino. La ilusión de los leoneses no se recuperará más que con una sobredosis de autoestima que venga a reafirmarles en lo que fueron y les abra de par en par los ojos y la inteligencia para darse cuenta de lo que hoy son y lo que deberían ser en el futuro. Primero ser, después filosofar.

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