Varios amigos nos han enviado el siguiente artículo que por su interés y dada su longitud publicaremos en dos días consecutivos, haciendo la salvedad habitual de que destacamos en negrilla los aspectos que, desde nuestra óptica personal, nos parecen las más significativas ¡cuestión de interpretar...!
NO TIENE DESPERDICIO. Dad la máxima difusión a este escrito para acabar de una vez con tantos mitos, embustes y demagogia por parte de los políticos que piensan que 'el pueblo' se chupa el dedo.
Ha dicho la Presidenta de la Comunidad de Madrid (TAMBIÉN OTROS POLÍTICOS Y DE TODOS LOS PARTIDOS) que es indecente que mientras la inflación es -1%, los funcionarios, además de tener plaza fija, tengan una subida salarial del 5% (gran mentira por cierto). Objetivo: congelarles el sueldo.
Me gustaría transmitir a estos señores (si es que se les puede llamar así) lo que yo considero indecente:
Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado 3.996 €/mes pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500 €/mes.
Indecente es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.
Indecente es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca, (siempre por unanimidad, por supuesto y al inicio de la legislatura).
Indecente es comparar la jubilación de un diputado y la pensión de una viuda.
Indecente es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste con siete; por cierto los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima solo necesiten jurar el cargo. ¡Toma ya!
Indecente es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.
Indecente es colocar en la administración a miles de asesores, amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados.
Indecente es el millonario gasto en mediocres TV autonómicas creadas al servicio de la pervivencia en el trono de políticos más mediocres todavía.
Indecente es el ingente dinero destinado a sostener los partidos, aprobado por los mismos políticos que viven de ellos.
Indecente es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos ya un nivel intelectual o cultural).
Indecente es el coste que les representan a los ciudadanos las comidas, coches oficiales, chóferes, viajes, etc., de los políticos, siempre en gran clase y tarjetas de crédito por doquier.
Indecente es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.
Indecente es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
Indecente es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, sean los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Indecente es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios solo representan un coste para el bolsillo de los ciudadanos.
Indecente es que ellos nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven.
INDECENTE ES QUE SIEMPRE SE ARREGLE ESPAÑA y sus presupuestos, CON EL SUELDO DE LOS FUNCIONARIOS Y DE LOS ASALARIADOS.
NO TIENE DESPERDICIO. Dad la máxima difusión a este escrito para acabar de una vez con tantos mitos, embustes y demagogia por parte de los políticos que piensan que 'el pueblo' se chupa el dedo.
Ha dicho la Presidenta de la Comunidad de Madrid (TAMBIÉN OTROS POLÍTICOS Y DE TODOS LOS PARTIDOS) que es indecente que mientras la inflación es -1%, los funcionarios, además de tener plaza fija, tengan una subida salarial del 5% (gran mentira por cierto). Objetivo: congelarles el sueldo.
Me gustaría transmitir a estos señores (si es que se les puede llamar así) lo que yo considero indecente:
Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado 3.996 €/mes pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500 €/mes.
Indecente es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.
Indecente es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca, (siempre por unanimidad, por supuesto y al inicio de la legislatura).
Indecente es comparar la jubilación de un diputado y la pensión de una viuda.
Indecente es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste con siete; por cierto los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima solo necesiten jurar el cargo. ¡Toma ya!
Indecente es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.
Indecente es colocar en la administración a miles de asesores, amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados.
Indecente es el millonario gasto en mediocres TV autonómicas creadas al servicio de la pervivencia en el trono de políticos más mediocres todavía.
Indecente es el ingente dinero destinado a sostener los partidos, aprobado por los mismos políticos que viven de ellos.
Indecente es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos ya un nivel intelectual o cultural).
Indecente es el coste que les representan a los ciudadanos las comidas, coches oficiales, chóferes, viajes, etc., de los políticos, siempre en gran clase y tarjetas de crédito por doquier.
Indecente es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.
Indecente es que sus señorías, cuando cesan en el cargo, tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses.
Indecente es que ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, sean los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público.
Indecente es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios solo representan un coste para el bolsillo de los ciudadanos.
Indecente es que ellos nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven.
INDECENTE ES QUE SIEMPRE SE ARREGLE ESPAÑA y sus presupuestos, CON EL SUELDO DE LOS FUNCIONARIOS Y DE LOS ASALARIADOS.
Mientras, ¡hablan de política social y derechos sociales!
¡QUE INDECENTES!
Continuará mañana...
(con los sustanciosos sueldos que todos los españoles pagamos a esos empleados que tenemos a quienes permitimos que, además de no trabajar sin descanso para defender nuestros intereses, se suban ellos mismos el sueldo, en contra de cualquier sentido de la equidad. ¿Qué creeis que dirían nuestros jefes si pretendiéramos ser nosotros quienes nos subiéramos el sueldo?)
No hay comentarios:
Publicar un comentario