sábado, noviembre 10, 2007

Si pregunto... ¿molesto? (27ª entrega)

Preguntas (y respuestas) al Presidente Zapatero

Al parecer, según noticias recibidas, el próximo jueves día 15 de este ya frío noviembre, el conocido comunicador Andreu Buenafuente, llevará a cabo, en la Moncloa, una entrevista al Presidente Sr. Zapatero. Como quiera que se solicitan preguntas y, a fuer de ser sinceros, no es esto lo que nos falta, aquí les dejamos (y le dejamos) un pequeño catálogo… por si pudiera importar a alguien, comenzando por el propio interesado o el destinatario de la entrevista; confiamos que ni el uno ni el otro nos responderán, mas ya estamos acostumbrados… Así pues, vayamos a ello.

Sr. Presidente del Gobierno de España:

Dado que, al parecer, va a someterse a una serie de preguntas, enviadas por “ciudadanos de a pie” y planteadas luego por parte de uno de los más conocidos comunicadores, permítasenos, en este pequeño juego dialéctico, dirigirle alguna de las nuestras. Mas, como no queremos que se fatigue demasiado (el cargo le exige un enorme esfuerzo y una máxima dedicación) también le proporcionaremos algunas respuestas; hasta donde nuestro escaso conocimiento nos lo permita…

Estamos seguros de que, por reiteradas, este catálogo de perplejidades y dudas no representará más que una breve muestra de las que vienen martilleando, con mayor insistencia, y ya desde hace 25 años, las mentes fatigadas (de tanto buscar las respuestas) de estos a los que usted denomina sus “paisanos”. Muchas de ellas van referidas, ¿cómo no?, al desprecio que ha supuesto para ellos haberse convertido en la excepción (muy a pesar suyo), en el nuevo diseño del Estado: la España de las autonomías. De aquí derivan la mayor parte de nuestros males, no le quepa duda alguna. Vea, si no, una reciente encuesta en la que más del 85 % de los leoneses opinan que “León mejoraría su situación constituyéndose en autonomía propia”.

El caso es que, siendo una Región Histórica, lo que viene atestiguado, por instituciones, leyes, mapas, etc. o, incluso, por el león del segundo cuartel del escudo constitucional, la Región Leonesa es la única que no disfruta de algo que, por el contrario, le fue concedido, gratis et amore, incluso a determinadas provincias, contra las que, por otro lado, nada tenemos. Han sabido ganarse el futuro, han tenido los vientos de la historia a su favor o han contado, quizá, con mejores y más valientes políticos que han decidido defenderlas, cumpliendo los deseos de sus representados. Así pues:
  1. ¿Esta Comunidad (que no Región), mal hilvanada y peor cosida, con los restos de Castilla la Vieja y el Reino de León, pudo haberse diseñado de otro modo? Sí, de toda evidencia; a las hemerotecas, a las manifestaciones de sus muñidores y a las encuestas nos remitimos.
  2. ¿Existían razones objetivas para que la Región Leonesa tuviera su propia autonomía? La Constitución misma nos ampara, sin ningún tipo de discusión, en el Artículo 2 de la misma.
  3. ¿Debió hacerse, entonces? Naturalmente, salvo que algunos pretendieran violar derechos fundamentales. En este sentido, conviene recordar la interpretación, a todas luces plausible, del profesor García Amado, Catedrático de Universidad en el Área de Filosofía del Derecho y que, para conocimiento general, reproducimos: “Parece obvio que con los conceptos “familia”, “nación” o “nacionalidades y regiones” se está aludiendo a grupos de algún género, no a individuos singulares y aislados (ni siquiera a Martín Villa o Peces Barba, añadimos nosotros, para mayor concreción) y que son tales grupos los detentadores de esos “derechos” que dichas normas establecen. Igual que cuando el art. 1.2 CE hace titular de la soberanía nacional al “pueblo español”.
  4. ¿Y de qué nebulosa de la historia de España salió, entonces, “el pueblo castellano-leonés” que, según el Estatuto que nos tiraniza, nos humilla, nos aprisiona, nos roba nuestra capacidad de decisión y, con ello, la esperaza de futuro, “ha expresado su voluntad política de organizarse en Comunidad Autónoma”? ¿Por qué nunca nadie se ha atrevido a consultar, sobre sus deseos, a los depositarios de dicha soberanía: al pueblo leonés?
  5. Dígase de una vez para que todos los conozcan, sin miedo… ¿Cuáles fueron los "intereses de Estado" que nos han conducido a esta situación de languidez económica, postración social y pérdida identitaria? ¿En qué ara y a qué dioses han sacrificado a este humilde y manso borrego?
  6. ¿Por qué, si lo que debió hacerse (porque era de justicia) no se hizo entonces, seguimos, erre que erre empecinados en el error? ¿Acaso nadie conoce el sentido de lo que significa rectificar? ¿Tanto cuesta apearse del caballo ya desbocado de la equivocación, de la prepotencia, de la manipulación y de la mentira? ¿No queda un mínimo de vergüenza o de decencia intelectual que haga caerse las caretas de hormigón de los que, para justificar este estado de cosas, afirman estupideces que causan rubor hasta en los menos instruidos? ¡Ni los niños se libran de este bombardeo insulso, ñoño, pedante y chapucero!
  7. ¿Las injusticias, las iniquidades y las componendas tienen, acaso, fecha de caducidad? Uno de los argumentos más manidos es aquello de que “hay que dejar el pasado y mirar, de una vez, hacia el futuro”; pero ¿cómo se pueden olvidar las indecencias, las arbitrariedades, los atropellos y la inmoralidad derrochados a lo largo de todos estos años, comenzando por los de la constitución del denominado Ente preautonómico? ¿Cómo se atreve alguien a pedir que "pasemos página" en uno de los episodios más vergonzantes de nuestra historia como pueblo? ¿De qué futuro estamos hablando cuando no tenemos ni la capacidad de organizar nuestro presente, convertidos en una masa de subsidiados, dependientes, subalternos y vasallos de nuevos señores de horca y cuchillo?
  8. ¿Por qué se mantiene la mordaza sobre este pueblo que no ha hecho nada para merecer trato semejante y del que, para mayor desprecio, se silencian todas sus reivindicaciones? ¿Cómo es posible que, si en cualquier lugar de España, salen a manifestarse “unos cientos de personas”, sean noticia en los telediarios y, sin embargo, no ocurra lo mismo con las manifestaciones repetidas de miles y miles de leoneses? ¿A quien pretenden engañar ya, con actuaciones tan faltas de sensibilidad democrática? ¿En qué lugar quedan los medios que se dejan así manipular? ¿Y los propios manipuladores? ¿Dónde está la libertad de expresión y el derecho a recibir una información veraz?
  9. ¿También, aquí y ahora, habremos de concluir que “el mapa autonómico está cerrado”, remedo de aquel conocido epitafio de un régimen que sostenía: “todo está atado y bien atado”? ¿En favor de qué o de quién? ¿A quiénes aprovecha este auténtico etnocidio económico, social y cultural? ¿Y quiénes son los perjudicados?
  10. En resumen; que si lo que debió hacerse no se hizo y que tampoco se quiere reparar ahora una más que probada injusticia, habremos de concluir, en buena lógica y por mucho que cacareen, desde el muladar de su empecinamiento despótico, que lo único que tenemos ante nosotros es un atajo de inmovilistas, incapaces de atender la más mínima de las demandas de un pueblo: el deseo y el derecho de seguir existiendo. ¿O no?

No hay comentarios: