Manipulaciones

Bajo este título, publicó hace unos días Paco Antón, en La Opinión de Zamora, el artículo que a continuación copiamos y cuyo original puede leerse en el enlace siguiente:

http://www.laopiniondezamora.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009022400_13_337261__LaUltima-Manipulaciones

El subtítulo de dicho artículo es suficientemente explicativo y solo un pequeño anticipo del contenido de un texto medido, equilibrado y demoledor para los responsables de esta situación.

Reflexiona atinadamente Paco Antón que, en esta Comunidad, se producen manipulaciones como las que echamos en cara a vascos y catalanes, sin embargo, llegados a este punto, el Húsar no puede evitar pensar que los fundamentos de dichas manipulaciones son profundamente diferentes en esta autonomía a los del resto.

Las que se producen en otras comunidades autónomas tienen como fundamento demostrar y resaltar la importancia de dichas comunidades, de su historia, su cultura y su identidad y su valor frente al resto del país. En definitiva, tratan por todos los medios de subir la autoestima de sus administrados al precio que sea. Para los demás gobiernos autonómicos (y sus respectivas oposiciones) nada hay más importante que la propia historia y la identidad y cultura de su respectiva comunidad, mientras que en esta autonomía que padecemos, lo que persiguen dichas manipulaciones es borrar del mapa a una de las partes que la componen, aniquilando sin miramientos su cultura e identidad, lo que se produce por designio del gobierno autonómico ante el silencio cómplice de la oposición. También en definitiva, lo único que persiguen es hacernos perder el orgullo de ser leoneses.

Solo desde la perspectiva de un etnocidio cultural, cuidadosamente planeado, puede explicarse que la Junta del Este ¿Y León? haga caso omiso de todos los avisos dados por tres diferentes Procuradores del Común y siga avalando unos libros que son un insulto a León, a los leoneses y a la cultura española y europea de la que la cultura leonesa es una importante parte.

Solo desde el cinismo pueden echarse "balones fuera" por parte del Gobierno autonómico, culpando de la situación a las editoriales y a los claustros escolares.

Solo desde la desvergüenza más absoluta se puede hacer una dejación tan grande de responsabilidades por parte de unos políticos, tanto de la Junta como de la oposición que, a pesar de no hacer su trabajo, siguen cobrando sus sustanciosos sueldos a costa del pueblo al que tratan de hacer desaparecer.

Y sin más os dejamos con el artículo prometido, con la que creemos innecesaria advertencia, por conocida, de que las negrillas son del Húsar:

Errores, ocultaciones y ambigüedades en los libros escolares acerca del antiguo Reino de León

Escribía el otro día el director de este periódico sobre el fracaso de la educación como el gran fiasco de la democracia española y, citando a la académica Carmen Iglesias, denunciaba el afán de nuestros políticos por manipular la historia desde que el saber ha caído en sus manos. Y cada vez más, a medida que se ha ido desarrollando el Estado de las Autonomías y éstas han ido acumulando competencias. He comentado en más de una ocasión las quejas de docentes zamoranos que ejercen, por ejemplo, en Cantabria -una comunidad poco polémica-, donde los rapaces están obligados a saber quién mandó construir la iglesia del pueblo y después lo ignoran todo sobre los Reyes Católicos, que son despachados por los libros de texto en cuatro líneas. A lo mejor exagero en los términos de la cita, pero por ahí van los tiros. No hace falta incidir a qué extremos llegan estos métodos de ocultación en las escuelas e institutos del País Vasco y de Cataluña, donde llevan lustros reinventándose la Historia a su medida.

Pues algo de esto que les reprochamos a los nacionalismos, está ocurriendo aquí mismo con casi todo lo concerniente a la historia del Reino León, hasta el punto de que el Procurador del Común, Javier Amoedo, ha actuado de oficio para denunciar ante el Gobierno autonómico «los muchos errores, ocultaciones o ambigüedades» que presentan todos los libros de Ciencias Sociales en lo relacionado con el viejo reino y que estudian nuestros escolares de la ESO, e insta a las autoridades educativas a hacer lo posible para que las diferentes editoriales cuiden más sus contenidos. La Plataforma Pro Identidad Leonesa va más allá en esta denuncia y pone el acento en la intencionalidad política de estos «errores, omisiones, anacronismos, tergiversaciones y manipulaciones», dirigidas a meter en la mente los niños y jóvenes el territorio o concepto "Castilla y León" como existente ya casi desde la Prehistoria. Estas deficiencias no son de ahora, sino que se llevan repitiendo hace más de un decenio y persiguen la ocultación de la historia y de la cultura de la región leonesa, según esta asociación de estudiosos que lleva trece años en la brecha.

Las quejas no son etéreas o abstractas, porque tanto el Procurador del Común como los técnicos de la Plataforma han realizado un pormenorizado análisis de esos libros de texto. En lo que se refiere a los pueblos prerromanos, como muestra, sólo se alude a los celtíberos y a sus guerras, y los astures -que habitaban en las actuales provincias de Asturias, León y Zamora- no suelen merecer ni una sola línea, a pesar de haber sido el último pueblo hispánico dominado por Roma. Se ignora también, según esta entidad, que en la época romana León y Zamora formaban parte de la provincia de la Gallaecia. En cuanto a la Edad Media, el Reino de León no existió, ya que no se le dedica ni un párrafo «en prácticamente ningún libro», a pesar de haber contado con más de 20 reyes -varios de estirpe zamorana- durante sus 320 años de existencia como reino independiente. En épocas posteriores, para estos libros ya sólo parece existir Castilla y el regionalismo castellano. Y todo, para tratar de inculcar a la muchachada la idea de que Castilla y León existió desde siempre, aunque fuera creada en 1983.

Mala cosa si hay que recurrir a la mentira y a las omisiones para cebar eso que llaman conciencia autonómica. Y peor si se intenta manipulando las mentes en formación, que es de lo que acusamos a catalanes y vascos. Para avanzar en la identidad de la comunidad, nada mejor que el respeto a la historia de ambas regiones y más tino en la gestión política.