Que tenga que venir gente de la India a darnos lecciones sobre política le puede resultar sorprendente a más de uno, pero es lo que hay. No crea el lector que esto lo digo sin ton ni son, mis razones tengo.
El parlamento hindú, sede de la mayor democracia del mundo, decidió el 9 de Diciembre de 2009 algo inaudito en la historia del país: escindir la región de Telangana del Estado de Andra Pradesh, al sur de la península del Decán.
¿Qué tiene que ver esto –se preguntará el sagaz lector– con la actualidad leonesa? No hay que ser licenciado en Ciencias Políticas para ver que quiero establecer un paralelismo entre la India y España, aunque salvando las diferencias abismales que hay. A día de hoy, el leonés de a pie tiene que soportar, cada vez que se pregunta por qué en León no tenemos la autonomía, que sus políticos respondan a coro: “es imposible”, “el mapa autonómico está cerrado”, “después de 30 años no tiene sentido” o –mi favorita– “qué va a hacer León (o el País Leonés, me da lo mismo) sin Castilla”. Pues lo mismo que hicieron La Rioja y Cantabria: crecer.
Pero ahora volvamos al país de los Marajás. En un ejercicio de buena praxis democrática, y ante las demandas de la ciudadanía, Nueva Delhi decidió crear el nuevo estado de Telangana. Esta cuestión no era baladí, porque suponía separar a la propia capital, Hyderabad, del resto de Andra Pradesh. Aunque dicha ciudad es hoy en día un centro tecnológico a nivel mundial –no como Boecillo, a nivel regional – y tradicional bastión del Islam en el Decán, el resto de la región de Telangana se halla en un estado de postración económica, con niveles de pobreza altísimos comparados con el resto de Andra Pradesh. Y sin embargo, se hizo la separación, porque era lo que el pueblo pedía.
De la gesta cabe destacar el gran trabajo llevado a cabo por el movimiento separatista. En una acción impensable a día de hoy en nuestro León, la unión de políticos y ciudadanos hizo el resto. El líder telanganí, K. Chandrasekhara Rao, no dudó en comenzar una huelga de hambre para exigir al gobierno hindú que hiciese efectiva la separación. Tras once días de esto, el gobierno central cedió, dándose los primeros pasos hacia el Estado de Telangana.
La decisión no sentó especialmente bien en el resto de Andra Pradesh –no sé por qué no me extraña-, pero tras la dimisión de 130 diputados regionales y algunos disturbios urbanos las aguas volvieron a su cauce. Vamos, algunos se rasgaron las vestiduras y poco más.
Obviamente, esto hizo que brotaran por toda la India movimientos similares, unos con más razones que otras, produciéndose siempre en regiones empobrecidas. En ningún caso se ha visto amenazada la integridad de la Unión India, y ni mucho menos los elefantes, irritados por la decisión gubernamental, han tomado las calles de Hyderabad aplastando a los aterrados ciudadanos. Tampoco aparecieron hordas de adoradores de Kali, la diosa de la muerte, al más puro estilo Indiana Jones sembrando el caos por toda la India con sus machetes y sus turbantes. Como en toda buena democracia, no pasó nada y los telanganíes quedaron contentos.
A pesar de todo, el gobierno de la India ha decidido hacer las cosas bien y no precipitarse, dándose el tiempo que sea necesario para llevar a cabo una ruptura del estado de Andra Pradesh lo menos traumática posible. Todavía el nuevo Estado no está en funcionamiento, pero se espera que esté listo a corto-medio plazo.
Los paralelismos de los que hablaba están claros: al igual que Telangana desde 1949, el País Leonés no ha parado de empobrecerse desde 1983, ocupando los últimos puestos del Estado Español en desarrollo, algo que no habría sucedido de habérsenos dado la Autonomía. Mientras, la capital autonómica no para de crecer, ya que resulta muy sencillo recaudar en nueve e invertir en una. En efecto, hablo de Valladolid. La única diferencia con el ejemplo telanganí es que no creo que los leoneses nos queramos quedar con la capital de la autonomía.
Ojalá los leoneses nos encontremos, por fin, unidos, sin que políticos y ciudadanos vayan por su lado, para que luchemos juntos por la autonomía. ¿Cuál es el problema para que en España no se reabra el debate autonómico? No va a pasar nada, y si brotan cuestiones autonomistas en otras regiones no veo que sea nada malo, al contrario, es bueno para la democracia que haya pluralidad de opiniones. Por un momento me gustaría que España fuese como la India.
Mario Lozano Alonso
Licenciado en Historia
1 comentario:
muy buena aportación, tu si que vales como periodista de investigación, un saludo
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