A los leoneses nos suele hervir la sangre de tal forma que quizá ya no nos queden más que unos cuajos que no valen ni para morcillas. Os preguntaréis el por qué de esta entrada tan brusca, pero es que la situación es esperpéntica. Queremos ser y no sabemos ni qué ni quiénes somos. Esperamos a que lo digan otros, no vaya a ser que metamos la pata y quedemos mal.
Lo que realmente nos suele doler a los leoneses y anteponemos a otras cosas es el dinero. Estaría bueno. Primero me salvo lo mío y luego ya veremos si me queda algo para repartir. Pero no lo creo. Lo que nos llevan no son tan solo los intereses, es el capital. No nos hemos dado cuenta que lo que se han llevado es el mogollón. Y nos dejan sin nada, ni si quiera el futuro.
Se nos llevan la Caja, unos dicen que un poco y otros dicen que más, pero se la llevan. Creo que el edificio del Portillo se lo están rifando desde instituciones penitenciarias (por lo de búnker) hasta el propio ayuntamiento, de Valladolid, para su nueva subsede. Y mientras tanto miramos para otro lado. Ya se sabe quien tenemos quién vele por nuestros intereses. Pero cuidado que lo que se llevan es el capital. Mirar si no, vuestros bolsillos, el agujero que tienen, y otro más en el cinturón para que no se nos caigan los pantalones. Menudos ajustes.
Quizás seamos héroes. Pero desde los viriatos, guzmanes, ... hasta los últimos óscares, nos tildan de cualquier otra cosa menos de leoneses. Allá en Haití, el último, de Valderas, pasó por vallisoletano, son las cosas de las prisas. Pero nadie ha dicho nada en la prensa. Menos mal que el heróico leonés se mantiene en la prensa leonesa, estaría bueno. Ya le recibiremos como se merece. Lo cierto es que no habría pasado nada porque hubieran dicho que es un bombero del cuerpo de Valladolid, pero de ahí a que que sea vallisoletano. Por cierto en Google he encontrado 1.280 entradas del vallisoletano por 3.290 de leonés. Esto es irrefutable: Los leoneses escribimos más.
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