El demógrafo Guillermo Ramírez (Valladolid, 1958), que declinó participar en la comisión de expertos que asesoró el trabajo del Parlamento sobre la despoblación, publicó un ensayo sobre la población de Castilla y León, asegurando que no existe ninguna medida poblacional capaz de atajar la pérdida de habitantes y proponiendo como solución efectiva «cambiar los paradigmas de valores y de vertebración social».
¿Qué quiere decir con esa frase tan rimbombante? Sencillamente que considera inútil mantener las más de 6.200 entidades de población existentes en todo el territorio autonómico, que la inmigración no es la solución y que apuesta porque la capital castellana de Valladolid ejerza una centralidad económica para restar fuerza a la que, actualmente, ejerce Madrid.
Según su estudio, Valladolid sólo crece por el centralismo político que acapara ya que, de no haberse asentado allí las instituciones regionales, su crecimiento hubiera sido mínimo por lo que aconseja que los esfuerzos se encaminen a dar más protagonismo a los núcleos del centro del territorio.
En su opinión, Valladolid tiene que aumentar su población hasta un mínimo de 500.000 habitantes para generar una mayor atracción económica, social y cultural. Estos requisitos no los despliega actualmente y, por tanto, no crea economías de aglomeración.
Así que ya sabéis chicos, todos a Pucela para solucionar la despoblación autonómica (6,02% en el País Leonés y 0,98% en las provincias castellanas, podéis consultar detalles en el artículo "Despoblación y Autonomía" publicado el 14 de Octubre y que encontraréis en el siguiente enlace: http://husartiburcio.blogspot.com/2005/10/despoblacin-y-autonomia_14.html). ¡Se me olvidaba! El último que apague la luz.
Pregunta el Sr. Nicasio de mi pueblo: ¿Oiga joven y de donde me dijo que era el Sr. que hizo el estudio?
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