Segunda entrega del capítulo dedicado a la participación de la Plataforma por la Recuperación del Valle de Riaño en Zaragoza en Julio del pasado año 2008:
INTERVENCIÓN DE FONSO EN LA EXPO DE ZARAGOZA
(Zaragoza, 3 de Julio de 2008)
Hola, mi nombre es Alfonso y he venido a este foro del Agua para hablar más que de agua, de lo que hacemos los hombres en nombre del agua.
Nací en un pueblo con nombre de río, Riaño, y todos los de mi generación desde que nacimos donde nacimos, hemos tenido la gran suerte y la desgracia de vivir en una tierra que creíamos nuestra y que estaba condenada por la construcción de un enorme pantano. 24 años duró, toda una vida, la mía, y la de muchos jóvenes riañeses hasta la llegada de los mercenarios del gobierno con sus cascos, porras y fusiles en mano, para sacarnos a hostias de nuestras casas como si de los peores delincuentes se tratara. Para después, acto seguido, contemplar el cruel espectáculo de la destrucción de nuestras casas a manos de un impasible funcionario y su excavadora.
VER VIDEO……… Riañu Vive La Llucha Sigue(II parte).
Así se destruyeron 8 pueblos que formaban parte –y esto queremos subrayarlo-- de una de las comarcas más ricas y prósperas de España. Y todo decían entonces los políticos y sus camarillas; por el agua. Agua para regar otras tierras. El sacrificio de unos para vivir otros y al final, y así todo, todo era mentira.
Una mentira urdida con falsas promesas para los llamados “regantes” como EL TIEMPO nos ha demostrado. Al final, como ya se advirtió hace 21 años, sólo han salido beneficiados los que fabrican los Kw.… y ya llevan 21 años. Que les aproveche.
Las consecuencias de toda esta gran farsa han sido la ruina física y económica de toda la que fuera una rica comarca motor para el desarrollo de una provincia como León, que ha sufrido las consecuencias desde entonces. No hay más que ver los datos económicos de los últimos 20 años de esta provincia.
Pero para mí, como afectado directo de todo lo sucedido, me interesa especialmente eso, la parte que todos llevamos dentro, los sentimientos, que es lo que hace a las personas (eso creo). Hablo desde mi experiencia, que en el fondo es casi la misma que la de la mayoría de los que compartimos esos días de impotencia, vacío y tristeza. Tenía 23 años cuando todo empezó y creo que ha sido la experiencia más cruel que he tenido en mi vida.
Desde niño, creo que como todos, oía hablar del pantano como algo que nunca sucedería. Es difícil, inconcebible para una persona normal, creo yo, creer en la destrucción absoluta de sí mismo como pueblo, y menos sugestionarse de que todos los rincones que forman parte de tus vivencias, que son parte de tu persona, de tu memoria colectiva como pueblo, un día se encontrarán bajo 60 metros de agua fangosa. Yo no podía imaginarme eso. Era un pensamiento oscuro, como de muerte, que quería enseguida apartar de mi cabeza. Pero ese día llegó, después de toda una vida, la mía, conviviendo con una especie de fantasma, y el mal presagio se cumplió. Aún hoy, me sigue costando creer que todo esto pudiera suceder.
Mi historia es la historia de un chavalín que creció feliz en un lugar que puedo decir, ahora más que nunca y sin miedo a equivocarme, paradisíaco (aunque no me gusta mucho esta palabra). Y no sólo por su Naturaleza, sino por su vieja cultura, sus tradiciones y por las gentes que las hicieron posibles.
A los 11 años, en el 74, pagué mi primer tributo al pantano al marchar toda la familia a Madrid. No se me olvida aquel viaje en un 600 amarillo. El más triste y largo que recuerdo y no por el 600 (tuvimos que parar por un calentón en Tierra de Campos a echar agua al radiador ¿Qué os parece?)
Volvía pletórico cada tiempo de vacaciones a mi pueblo, de la misma forma que regresaba hundido a la ciudad cuando terminaban. En la ciudad, nunca he sido capaz de echar las más mínimas raíces.
Creo que con el paso de los años y conociendo mundo, aprendí a valorar más mi pueblo de manera que en cuanto tuve oportunidad me quedé en él hasta los últimos días.…en el barrio (blog)
Pasé los últimos e inolvidables años de Riaño con él, como si de un ser querido se tratara. Humillado y maltratado por quienes no sabían seguro, ni tan siquiera que un lugar así existía, por los que callaron, los que pidieron… yo creo que no sabían lo que hacían. Quizá fue por envidia, por codicia o, simplemente, porque fueron hábilmente manipulados… ya eso da igual.
El día que empezó todo, un 28 de Octubre de 1986 en la famosa zanja de telefónica (blog), el principio del “fin” de Riaño y ocho pueblos más, lo recuerdo bien porque sentí un vacío enorme al volver a casa todo alterado y ver a mi familia comiendo como si nada. (Esta es otra parte de mi historia).
Fueron días en que transitar por el gueto en el que nos habían encerrado era contemplar algo parecido a un mercadillo de muerte (blog). Un trajín casi esperpéntico de personas nerviosas y algunas desencajadas entre camiones de mudanzas, las moles asesinas de las excavadoras haciendo su trabajo y muchos, muchos, guardias civiles, con casco y sin él, por todas partes. Todos contemplando la muerte de un pueblo y en parte, la de sus personas. Las personas que durante siglos de esfuerzo lo habían creado. Los muertos quedaban en el cementerio bajo una losa de hormigón no demasiado gruesa, que gentilmente donó la empresa constructora para que no se escapasen.
La sensación de rabia e impotencia era casi insoportable y los conflictos estaban por doquier.
El pueblo tenía dos conflictos: uno contra los antidisturbios y el otro entre partidarios y contrarios de negociar, y el nuevo Riaño. Era tal la frustración que la chispa saltaba por la mínima.
Yo, además de estos, tenía el conflicto con mi padre, que no aceptaba mi postura en contra de un pantano que el había, de una manera u otra, aceptado y mucho menos que me “significara”, como decía el. Yo siempre he creído que él, como muchos otros de su generación, se agarran a su error como a clavo ardiendo para justificarse a sí mismos y a su propia conciencia, pero tampoco puede descartarse el temor, procedente de los tiempos de la dictadura, que hacía que muchos se resignasen a su suerte sin atreverse a luchar por temor a las represalias.
En agosto de 1987 ya todo era escombro. habían terminado su trabajo y por allí anduvimos todo el verano mis amigos y yo caminando sobre nuestro propio escombro (blog) hasta que las nubes nos echaron de las tiendas de campaña con una gran riada.
21 años después, las sensaciones siguen siendo las mismas al contemplar ese inmundo charco y pensar en todo el daño que ha causado.
Ahora el tiempo está a nuestro favor y además nos ha dado la razón sobre los verdaderos objetivos de este sucio pantano: Kwh. y mucho dinero negro a cambio de mentiras y más mentiras.
La diferencia: Que hace 21 años lo perdimos casi todo y ahora todo esta por conseguir. Sobre todo, recuperar la dignidad y con ella un lugar donde poder vivir para nuestros hijos y nietos. Ahora sí, todos tenemos el dinero que no tuvieron nuestros padres, pero por el camino hemos perdido algo importante, un lugar digno donde jueguen y se desarrollen nuestros hijos. Este es el pensamiento que nos ha hecho llegar hasta aquí para compartirlo con toda la gente que vive situaciones similares y a la que nosotros decimos: ¡defended vuestro Río! ¡Defendeos a vosotros mismos! Para intentar evitar sentir dentro ese vacío inmenso por haberlo perdido.
Son muchas las reflexiones, todas instintivas, las que nos han llevado a mí y a mis compañeros donde estamos, y ahora me siento bien por traeros este mensaje de futuro y HACER UN LLAMAMIENTO, el llamamiento de alguien que no ha perdido lo más valioso, a pesar de no tenerlo, que es, una parte de sí mismo. Tengo la esperanza de que muchas personas, en especial muchos paisanos míos que lucharon sinceramente hace 21 años por Riaño, hagan también ahora de esta nuestra ilusión su partido: RECUPERAR EL VALLE DE RIAÑO.
Nosotros no nos hemos resignado.
…tarde o temprano… ¡VACIAREMOS EL PANTANO! ...CALDERO A CALDERO…
Fonso
El pequeño de Agapito
Rinconada redonda s/n
Riaño (León)
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