Se sienten contentos y no ocultan sus sonrisas algunos pro-castellanistas que, tras los micrófonos, se mofan de los que queremos futuro para León y los leoneses. Pero les resulta más cómodo estar con el poder que les soborna y les seduce cada mes en una pretendida obediencia y acatamiento a las normas que les imponen. Son traidores. Son cobardes
Sabemos, no obstante, el futuro que les espera. Y no es muy halagüeño. A no ser claro, que lo que busquen sea el puesto y la poltrona en otros lares. Peor para ellos. No me quiero ver en su pellejo. No recuerdan la historia que están abocados a revivir en propia carne. Cuando pregunten “qué hay de lo mío” y les contesten aquello de que “Roma no paga traidores” se van a enterar. Son traidores. Son cobardes.
En el otro lado se sitúan aquéllos que comienzan a rectificar y se dan cuenta de que el pueblo es soberano y es el que, en definitiva, debe decidir siempre. Me refiero a Izquierda Unida que en recientes declaraciones apuntan a estas afirmaciones. Se han dado cuenta de que es un craso error mantener este atropello anti democrático.
Elecciones tras elecciones nos dicen que se tratan de referendos que apoyan sus tesis al respecto de la configuración autonómica. Pero ninguno de esos partidos lo dice en las campañas previas. ¿Qué hacer ante semejante desfachatez? Pues la respuesta no es otra que el castigo del voto. A veces se preguntan que a quiénes votar, entonces, si los candidatos de los otros no nos dan confianza. Pues parece que la respuesta es “Lánzate, apuesta por tus ideales y transmítelos a tus amigos, compañeros, familiares, etc.” no te defraudarán. No seas cobarde.
Cuando nos apabullan con sus leyes. Cuando ni los propios son capaces de ni siquiera intentar el bien de los suyos. Cuando se ocultan tras un botón en su escaño. Cuando se escudan en su partido y no en quienes les han votado... son unos cobardes.
Si consentimos estas actitudes, si no les ponemos freno, si somos incapaces de contestar e increpar a diario sus planteamientos. Si cuando nos cruzamos con ellos por la calle les sonreímos e incluso les damos la mano, lo siento mucho pero, SOMOS UNOS COBARDES.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo, se puede decir más alto pero no más claro. Excelente artículo.
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