Seguimos con el cruce de correos y éste fue el tercer correo del Director del Diario de Castilla y, por si alguien tuviera alguna duda sobre su talante y su talento, él solo se descubre al hablar de "la Castilla de las 17 provincias". Dicho esto no nos extraña que al final diga que no apelemos a la historia, es evidente que la historia no ampara sus postulados por lo que es mucho mejor apelar al invento voluntarioso de "la gran Castilla" ¿Hasta cuando seguirán con esos delirios de grandeza de "la Castilla imperial" o "por el Imperio hacia Dios"?
Señor López González,
Usted y otra troupé de "tirios y troyanos" con la misma estampa bombardean -para nuestro asombro- ésta redacción intentando cambiar el sentido de una frase y de verdad entiendo, que el sentimentalismo les embargue y les obnubile la razón a muchos de estos "militantes de base" una vez que algunas de las mentes más avispadas de la política leonesista muevan a sus títeres al son de la música "león no es castilla" y por lo tanto, todo lo que sea satisfacer los deseos de sus "amos" es una buena acción y un ejercicio de reconocido mérito pero aquí no van a conseguir nada y se lo voy a razonar de una manera muy sintetizada:
Primero teniendo en consideración que esto es un diario (de Castilla en sus 17 provincias) -y no una revista de historia ni un panfleto político-, no tenemos la obligación moral, ética, ni profesional de tomar las riendas del periodismo de investigación histórico para desarrollar noticias de carácter social y local cuya controvertida actualidad viene destacada por la falta de interés administrativo en cuidar un enser de ésta región.
Segundo como este periódico se autofinancia solo y la creación del mismo está supeditada a un registro mercantil (es una empresa), nos reservamos el derecho intrínseco a expresarnos en los términos que queramos siempre que, las informaciones emitidas sean veraces y no infundios que puedan acarrear consecuencias legales (de acuerdo con el artículo 18 punto primero de la carta magna en referencia a preservar el derecho al honor).
Tercero por que tanto como si no le gusta lo que lee siempre puede dirigirse a nosotros en condición de ciudadano con su documento nacional de identidad (requisito indispensable) de manera que se puedan publicar sus cartas y quejas en el amparo de lo expuesto en el artículo 20/a. de la Constitución Española y bajo el criterio de nuestra regulación interna, como si lo prefiere y desea puede dejar de leernos, algo que sin duda nos apenaría, pero que igualmente sería un criterio digno y respetable. En este caso me he permitido hacer un par de excepciones dado que se han dirigido a nuestra sección de "cartas", representando en principio al Diario de León y en segundo lugar usted en condición de catedrático de Filología y por lo tanto también bajo la tutela de la Universidad de León.
Ante esto último quiero decir que me parece bochornoso que la Universidad de León y usted en condición de catedrático se presten a este tipo de juegos políticos una vez que su función es exclusivamente la de adoctrinar en sus respectivos campos al alumnado suscrito, como de igual modo también me siento avergonzado de que el Diario de León mande un delegado para espetarnos a cambiar el contenido de un texto que no es del gusto común de una "lista" de personas bastante limitada.
Por último un ruego: no apelen a la historia, la historia es sólo para quienes viven anclados en el pasado bohemio y próspero y no quiero creer que ustedes tengan tan nulo raciocinio a la hora de comprobar que sus fines hoy y aquí no conducen a nada, ni sus formas colaboran a ser comprensivos.
Sin otro particular.
C. Sánchez.
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