Perdidos en la maraña de las cifras oficiales u oficiosas (es un bosque tan intricado), apenas somos capaces de ver el arbol de la realidad, de la triste realidad de la Región Leonesa.
El pasado día 3 de los corrientes (marzo, para más señas), la prensa "regional" comentaba los "buenos" datos del empleo, referidos estos al pasado mes de enero.
Naturalmente, la hojarasca de las opiniones manipuladas y las estadísticas siempre engañosas apenas dejan vislumbrar la única verdad que no es otra que, de nuevo, Zamora, Salamanca y León siguen, por ese orden, ocupando los "honrosos" puestos de cabeza en tasa de paro. ¡Como para estar satisfechos!
Y ello sin tener en cuenta otra variable que nadie quiere considerar. Si a este fracaso palmario añadimos el hecho de la ya casi descontrolada despoblación de nuestra tierra leonesa, los signos de declive económico son aún más evidentes. Naturalmente, como los jóvenes se van en busca de alguna oportunidad fuera de su tierra, son otros tantos números que no crecen en las listas de los demandantes de empleo... ¿En qué porcentaje nos encontraríamos, si esta sangría no se diera?
¿Qué regiones españolas pueden exhibir, como la Región Leonesa, más de un 12%, en media, de tasa de paro? Con los dedos de una mano y me sobran, oiga. Naturalmente, si repartimos el pollo, la ración será de otro modo muy diferente. ¡Ay, estas estadísticas! Parece, como solemos decir de las armas, que las carga el diablo...
¿La reacción de los responsables? Pues están que no caben en sí de gozo...: "La Junta se felicita por el avance del mercado laboral en la comunidad". ¡Y aún hay algunos que les jalean...! ¿A qué precio? La primogenitura y las lentejas es algo que, por principio, parece tan incompatible como la honradez y el buen sentido en la cabeza de muchos políticos.
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