"Dijo la sartén al cazo: quita p'allá que me tiznas"
Signifiquemos, brevemente, que hay toda una serie de variantes, fáciles incluso de encontrar en cualquier buscador de internet y que "la sartén" era, en el pasado, el instrumento de cocina que solía estar más sucio (más tiznado) en su fondo exterior producto de la mezcla de humo, hollín y aceite que salpica de la misma. Se podría, entonces, interpretar como la conocida frase del Evangelio: "Hay quien ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el suyo".
Pues bien, de más que de "sartén" deberíamos calificar al inefable alcalde de Valladolid que, vaya en su descargo, el pobre no ha debido aún haber digerido que esa odiosa ciudad del norte (León) sea el origen de su propio apellido... ¡un psiquiatra que nos lo explique, por favor! ¿Tendrá la cosa algo que ver con el complejo de Edipo o será aún de mayor gravedad?
De cualquier modo, el sujeto está para que lo encierren... Lean, lean sus declaraciones, si no nos creen. Él que siempre nos ha criticado de "victimistas", que no pierde ocasión para zurrarnos la badana, que barre para su casa venga o no venga a cuento, que se cree sus mentiras centralistas de capital autonómica no elegida (¡qué insolito! ¿no?) y es prototipo de sueño de las más rancias ideas imperialistas que en el mundo hispánico han sido, que parece practicar la política de odiar al contrario por el mero hecho de existir... se permite afirmaciones como las que siguen:
"Lo más preocupante hoy en Valladolid es la llegada del tren de alta velocidad. Por un capricho electoral del Sr. Rodríguez Zapatero, que lo que le preocupa es que el tren llegue a León y que si pudiera saltarse Valladolid o eludirlo seguro que lo llevaría por otro sitio. Para cumplir ese capricho el tren va a hacerlo de momento a nivel de superficie lo que va a costar del orden de 13.000 millones de pesetas (78 millones de €) que se van a tirar cuando el ferrocarril se soterre porque no valdrá para nada."
Ilustrativo, no puede ser más; de un lado miente (¿alguien se imagina a ZP jugando a los trenes para "saltarse Valladolid", la ciudad en que nació?), de otro hace juicios temerarios, se salta las más elementales leyes de la lógica del discurso, nos proporciona claves interesantes sobre cómo se gastan en otra parte los dineros que aquí tanto necesitamos y, para terminar, ¿puede alguien explicarnos, con coherencia, qué tiene que ver la primera frase con el resto del parloteo de este lenguaraz aprendiz de caudillo de pacotilla?
¡Y luego nos fustiga continuamente con la coletilla de que nos quejamos por todo...! ¡Santa paciencia!
¡Ay don León, don León,
qué fácil tengo la rima,
mas, apartando mi inquina,
sólo le diré "felón"
!Señor alcalde sartén,
si no quiere ser juzgado,
límpiese que está tiznado
y se quedará fetén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario