El Estatuto de Autonomía establece un mecanismo de reforma que calificó de «democrático, constitucional y representativo de los deseos de los castellanos y leoneses».
Herrera consideró suficiente el acuerdo entre los dos grupos mayoritarios para dar luz verde al nuevo texto, que confirma además ese proceso de reforma que obvia la consulta popular para su ratificación.
El Húsar que, dicho sea de paso, no es partidario de un referendum de ratificación del Estatuto del Engendro, sino de un Estatuto propio para el Reino de León, no puede menos que quedarse atónito, boquiabierto, estupefacto... vamos "¡pasmao, lo que se dice pasmao!", ante el cinismo de quien equipara el acuerdo de dos grupos políticos a los deseos del pueblo soberano.
¿Habrá que recordar a TODOS esos políticos mediocres, grises, anodinos e insignificantes (mal que les pese), que viven de nuestros impuestos, que el voto que cada cuatro años les damos (cada vez menos, por cierto; "¿por qué será?") no es una patente de corso para que hagan lo que "les sale de las santas narices"?
Claro, como siempre, repetiremos aquella vieja canción de los sesenta "No te quieres enterar, ye, ye..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario