sábado, diciembre 13, 2008

Documentos históricos (9ª entrega)

En el transcurso de una investigación por la hemeroteca de la Biblioteca Municipal, cae en manos del Húsar un ejemplar de Proa, periódico editado por "el Movimiento" (es decir por las autoridades franquistas tanto en período de guerra como despues de finalizada ésta), en que bajo el sugestivo título "Los aluches y la propaganda" encuentra el artículo, firmado por "Lamparilla" que, para general conocimiento viene publicado más abajo.

Las negrillas, que como de costumbre son una manía más del Húsar; resaltan algunos párrafos de plena actualidad. ¿Quien diría que nos encontramos frente a algo escrito en 1939 y bajo el ojo atento de las autoridades franquistas que se hallaban a escasos tres meses de ganar la guerra?

Por mucho menos de lo que en dicho artículo se afirma, ha tenido que oir el Húsar que lo calificaran de "provinciano", "cavernario", "separatista", "peligroso leonesista" y otras "lindezas" por el estilo, por lo que, llegados a este punto, se pregunta perplejo el Húsar ¿sería "Lamparilla" un "peligroso leonesista" en aquella España de 1939? ¡Vivir para ver, para oir y para leer!... que es lo que nos toca ahora.


De la vida leonesa: Los aluches y la propaganda

Hace unos días, el gran diario "España" que tan patriótica labor realiza desde Tanger, publicaba, en su sección titulada "Película", la fotografía de un curioso grupo de bronce cincelado hace más de "cinco mil años" (¡ha debido llover un poco!) y encontrado en unas excavaciones hechas en la Mesopotamia.

Representa el grupo dos luchadores que se agarran por la cintura y el autor del comentario periodístico entronca este deporte con el bárbaro y despiadado "catch-as-catch-can" que tanto apasiona en el "progresivo" país de Yankilandia.

El amigo Máximo Sanz me remitió hace días el recorte, haciéndome ver la curiosa coincidencia con la actitud de los luchadores que se agarran por el "cinto" con la de los mozos leoneses que luchan en el Condado o la Montaña en los corros de lucha leonesa, o "aluches", como se dió en decir.

Hace realtar Máximo que el articulista de "España" no conoce la lucha leonesa, pues, si no, hablaría de otra forma.

Efectivamente; la lucha en boga entre los yankis tiene más de semejanza con el "pancracio" greco-romano y la leonesa es una modalidad de la "lucha" romana, reminiscencia de la dominación de los romanos en esta provincia, aún cuando quizá sea una derivación de luchas pastoriles, de zagales que, en imitación de los carneros, toros y machos cabríos, se agarran por el cinturón y forcejean, a estilo de los animales que guardan, hasta que "la mediana", o el saque "al aire" o cualquier otra "maña" dan con el adversario en el suelo.

No tiene nada que ver esta lucha leonesa tan primitiva, inofensiva y sencilla con el salvaje espectáculo del "catch" y si el cronista de "España" supiese algo de ella hubiese dicho, como Máximo, que los luchadores del descubrimiento arqueológico de hace cinco mil años eran los antepasados de los mozos leoneses y no de los fuertes y brutales luchadores de los "rings" internacionales.

Es, de todos modos, una prueba más del desconocimiento que los propios españoles tienen de la región que fue precisamente cuna de la España que resucitar queremos y en cuyo escudo figura por razón de preeminencia el de León.

Pero mientras se conocen costumbres, tipos, cánticos, industrias, etc., de otros pueblos y el teatro está lleno de obras de tipismo andaluz, aragonés, etcétera, y las novelas igual, aquí no hay un literato "enxebre" que dicen los gallegos, ni un autor teatral ni nada de propaganda literaria. Ni aún siquiera comercial. Y mucho menos "política" digámoslo así.

Monarcas, regímenes, gobiernos se suceden. Y a León le olvida todo el mundo, hasta el punto de ser la sola región de España de llegar a tener una comarca como La Cabrera.

Si nadie se preocupa más que de aquello que individualmente le afecta, no extrañe que gentes cultas desconozcan ciertas cosas de León, que gobiernos, etc., le hayan negado centros, organismos y asistencias que por su historia y situación geográfica le corresponderían y que en el concierto de las regiones no suene la voz, antaño rugido y hasta tengamos que leer en las crónicas de ciertos periodistas elogios a tropas presentadas como gallegas, castellanas y astures que son leonesas, o que con una "L" anónima se designe en otras crónicas a esas mismas heróicas unidades.

Y perdón por haber echado el asunto por otros cauces.

Lamparilla - Proa - 10.01.1939

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