jueves, diciembre 18, 2008

Manifiesto de la Cacerolada del 12.12.2008

A continuación os dejamos el Manifiesto, leído por Javier Callado al final de la cacerolada en contra de las fusiones de las Cajas de Ahorros, del pasado 12 de Diciembre

Como es habitual, las negrillas son del Húsar y creemos que este asunto no precisa más comentarios:


Contra la fusión de Caja España con otras cajas de ahorros de la Autonomía

La Junta de Castilla y León
pretende iniciar un proceso de fusión de las cajas de la autonomía de manera encubierta. El ente pretende crear una sociedad por encima de ellas desde la que se controlarían todas sus decisiones trascendentes. Con ello quedarían anulados los actuales órganos de gobierno que hasta hoy las dirigían. Las cajas quedarían en manos de un órgano de gobierno fuertemente intervenido por la Junta y el PP de Valladolid.

Caja España es una entidad grande creada sobre la base del ahorro y el esfuerzo de los leoneses ampliado por la absorción de otras cajas menores, varias de ellas en dificultades en aquel momento. Con esta maniobra la Junta pretende apropiarse de las decisiones sobre sus recursos. Con ello propiciará, como así manifiestan sus más significados prebostes, una fusión a posteriori.

El ente autonómico pone pretextos como la necesidad de hacer entidades más fuertes frente a la crisis, pero el efecto de una fusión sería el contrario: crear una enorme estructura ineficaz con dificultades para conciliar diferentes estructuras jerárquicas; con poca capacidad de maniobra, porque la entidad resultante estará asediada por compromisos preexistentes; con abundantes duplicidades, porque son muchas las oficinas y órganos que se repiten en cada una de las cajas actuales; con enormes costes de reconversión, porque habrá que despedir y prejubilar numerosos empleados así como cerrar oficinas.

Todo eso para poner el capital de las cajas a los pies de Valladolid, una provincia que no cuenta con sede de ninguna.

El coste en términos de empleos y actividad económica en León puede ser dramático: en torno a 1.000 empleos directos y otros 2.000 indirectos.

Además, la nueva cabecera intervendría en la Obra Social, que sería centralizada, privando a los leoneses del apoyo a iniciativas que sólo desde León pueden ser bien entendidas, como las relativas a la cultura leonesa.


La fusión se configura así como una decisión sin consistencia argumental, una cacicada de la peor catadura. Cualquier técnico en fusiones y adquisiciones sabe que las de entidades financieras sólo tienen sentido si intervienen entidades que tengan dificultades. Caja España no está en dificultades. Además, nunca debieran hacerse en tiempos de crisis general. En consecuencia, estamos en el peor momento para acometer cualquier proceso de fusión encubierta o no. ¿Qué técnicos de medio pelo están aconsejando este disparate? Es evidente que son políticos sin escrúpulos quienes están impulsando este proceso y recurren a los técnicos para darle una apariencia de seriedad.

Si quieren acometer fusiones que guarden alguna lógica financiera. Permítanlas con entidades de otras autonomías, complementarias y, por supuesto, en nuestro caso, menores que Caja España, es decir, absorciones como la que dio lugar a esta caja de ahorros.

Caja España debe actuar conforme a sus intereses como empresa y a los intereses de los leoneses que son su principal sostén.

POR ESO DECIMOS NO A LA FUSIÓN DE CAJA ESPAÑA AHORA Y NO A LA FUSIÓN DE CAJA ESPAÑA CON EL RESTO DE CAJAS DE LA AUTONOMÍA.

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