Decía pues el ínclito personaje que no quería, en tiempos, mas que hablar "en terreno neutral" y no "bajaba a León":
El enemigo del Bierzo no es Valladolid, es León. Pido a la UPL que nos deje tranquilos a los bercianos, que no necesitamos ningún salvador y menos de León ”

Lo que sería de agradecer es que este "iluminado de la política" nos explicase ese súbito amor por Valladolid que, no lo olvidemos, es donde están ubicados todos los centros de poder de esta autonomía mal ideada y peor cosida, desde donde se reparten los dineros que no llegan ni a León en general, ni al Bierzo en particular, en la medida que debieran.

En cuanto a que "UPL deje tranquilos a los bercianos", encuentra el Húsar irónico el comentario referido a un partido cuyos dos últimos secretarios generales, así como el secretario de sus juventudes son, ¡oh paradoja!, bercianos. Si existiera el enfrentamiento que el Sr. Carballo pretende, tendríamos que ser el resto de leoneses los que pidiéramos a los bercianos que nos dejasen en paz, cosa que no haremos en ningún momento puesto que El Bierzo es una parte, importante y querida, tanto de la provincia como del Reino de León. ¡A culturizarse, amigo...!
Claro que todo esto no es más que animadversión por parte de este Carballo; hasta se entiende perfectamente si observamos su apellido. "Carballo" es la castellanización del gallego "carbalho" y si fuese berciano de origen la castellanización del leonés "carbayu" hubiera dado origen a "Carbajo". Y que no nos vengan a estas horas con la milonga de que en El Bierzo se habla gallego porque, si así fuera ¿cómo se explica, entre otras muchas cosas, que el estadio de futbol de Ponferrada se llame "El Toralín" y no "El Toralinho"?
Mientras esta gente no cambie, nos veremos obligados a seguir, impertérritos, invocando aquella conocida frase: "cuánto burro cría el pan..."
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