miércoles, enero 14, 2009

PATRIMONIO LEONÉS: Aún más despropósitos

Nuestro amigo "Alfredo Escalada" nos ha remitido un amplio comentario a nuestro precedente artículo:

PATRIMONIO LEONÉS: Los despropósitos de la Junta o "Donde dije Digo, digo Diego"

Como quiera que estimamos que cuanto dice Alfredo, merece algo más que aparecer como comentario, hemos decidido publicarlo a continuación, para que ninguno de nuestros visitantes pase por alto su lectura.

Aprovechamos también para agradecer a Alfredo las fotos que nos ha remitido y que ilustran este artículo. No creemos que hace falta insistir en que las negrillas son del Húsar:


Son varios los puntos que habría que puntualizar, en relación con San Miguel de Escalada, la luz, las obras, los dineros gastados, las ruinas arqueológicas del norte, el bodrio del sur, los ábsides del oriente; y los pies de la iglesia mozárabe del poniente: con su pared achepada a riesgo de caerse, y la preciosa ventana geminada en peligro de grietas y de rapiñas bastante fáciles y probables...

  1. El primer discurso que explica el abandono de San Miguel de Escalada es bien sencillo: no está en Valladolid.


  2. "La luz no es necesaria. Al menos es secundaria". (Junta dixit, semper). Por eso las farolas del camino en la cuesta de La Perida, que ha puesto hace dos años la Junta de Castilla, no lucen todavía. La disculpa es que el enganche, o la sección de los cables, o no sé qué ocho cuartos, no tienen las características necesarias para esta traida de fuerza. Cuestiones técnicas, claro. E insalvables. La luz ha dado un rodeo por el monte del pueblo, - ¡dejándolo hecho unos zorros! -, por obra y gracia del Ayuntamiento de Gradefes, y se ha colado en la caseta del guarda: para enchufar una estufa (algo es algo) y poner una bombilla en la farola encima de la puerta. Y para poner en la torre románica una pantalla gigante, como un escenario de títeres para las visitas de boato... de boato y de La Junta, claro. Pero las otras necesidades que puede y debe cubrir la luz, y la fuerza, no hay ni que nombrarlas...Hay una función más de la luz, que, por supuesto, es más innecesaria: la iluminación ornamental. La Junta ha puesto a disposición del Ayuntamiento de Gradefes una fondos de 23.000 euros para este fín, pero con una condición bien sorprendente: "Al edificio, ni tocarlo". ¿Es cierto eso? Sí, amigos. Increible, pero cierto!
  3. Las obras hay que administrarlas con cuentagotas. Y si se hacen coincidir con periodos electorales, mejor que mejor. Las "obras mágníficas que los monjes cordobeses hicieron en un año", son cuentos chinos. O como mucho, milagros del siglo X. Irrepetibles en estos tiempos laicos.

  4. Los dineros gastados han sido ingentes, si se suman todas las obras desde el siglo pasado. Y digo yo: si se suman los trabajos de los Abades, de los Priores, de los Mayordomos... a lo largo de los siglos, los reales (de vellón, o de peseta) formarían una montaña más alta que el Monte del Encinal cercano.

  5. Las ruinas arqueológicas del norte son una ruina. En serio. ¡No sé pa qué las exhumaron! Como los huesos de tantos frailes, abades, santos, confesores, y paisanos...Todavía no nos han contado qué fueron esas ruinas. ¡Y ahora van a taparlas!

  6. El bodrio del sur es ese kiosco de Ikea, que ojalá se lleve el viento y la nieve de este invierno, hasta el río Esla, y aguas abajo. Y se salte los payuelos y los páramos, hasta llegar al Pisuerga, ¡¡¡aprovechando que éste pasa por Valladolid!!!


  7. Los ábsides del saliente, cargados de humedades. Y no sólo porque haya goteras, sino porque los gaviones actuales están hechos al revés: para meter el agua arroyada en las iglesias, en lugar de sacarla. Y eso por obra y gracia de los últimos listos que excavaron en sus alrededores, por orden de La Junta.
  8. Si tienen ganas de cabrearse, echen un vistazo a la pared del oeste: la que queda a los pies de la iglesia mozárabe. Está peligrosamente abombada, como una embarazada. O como una chepa, hinchada de una mala esperanza.


  9. Y la preciosa ventana geminada del poniente, cada mes, - o cada semana - un poco más deteriorada. Y desasistida. Y propensa al robo, bien fácil.

Y podríamos seguir, eternamente...

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